Un estudio de la consultora Factum da cuenta del poco interés que siente una parte considerable de la ciudadanía hacia la actuación del gobierno, los parlamentarios y el sistema político. Para los expertos, que haya un 31% de personas que no se interesen por la política es la parte buena de la noticia. “El desinterés no es bueno, pero peor es lo que ocurre con el otro 71% de la población, que sigue la actividad política por puro morbo, es decir, para deleitarse con las peleas, las declaraciones escandalosas y los posteos polémicos en redes sociales”, explicó una politóloga.
La académica consideró que el consumo irónico de política “es un camino peligroso, porque puede dar lugar a la adopción de posturas irónicas, la argumentación irónica y el voto irónico, que puede terminar llevando al poder a un energúmeno que no va a cometer atrocidades irónicas, sino atrocidades hechas y derechas”.
La opinión: “Yo sigo la política porque los programas deportivos como los de Julio Ríos me empezaron a parecer demasiado serios”. Espectador promedio.