El fiscal letrado de 1º turno, Hermes Antúnez, investiga un incidente ocurrido en la ciudad de Artigas, que culminó con un adolescente de 16 años herido de bala, luego de que policías dispararan contra el vehículo en el que viajaba, en el marco de una persecución. El incidente ocurrió en la noche del sábado, cuando un Peugeot ocupado por seis personas, dos mayores y cuatro menores, aceleró frente al control de tránsito y desoyó las indicaciones de los inspectores para que detuviera la marcha. A la persecución se unió un patrullero con cuatro efectivos. Luego de varias cuadras de persecución, la Policía comenzó a disparar contra el vehículo, hiriendo en la espalda a uno de sus ocupantes.

El fiscal informó a la diaria que hasta el momento se tomaron declaraciones primarias a los participantes en el hecho y que en las próximas semanas se tomará declaración a testigos y otras personas vinculadas al caso. Antúnez señaló que se espera el resultado de las pericias de la Policía Científica, principalmente el informe de balística forense, que permitirá determinar qué arma efectuó el disparo, teniendo en cuenta el proyectil extraído de la víctima, y qué policía lo realizó. Una vez obtenidas las pericias, se interrogará en calidad de imputados a los policías que efectuaron disparos.

Desde el Hospital de Artigas informaron a la diaria que el adolescente se encuentra internado en sala debido a que la herida no afectó sus funciones vitales y viene evolucionando bien, aunque advirtieron que aún existe riesgo de una infección que puede complicar el cuadro.

El joven recibió un impacto de bala en la columna, que afectó una vértebra y parte del intestino, y debió ser intervenido quirúrgicamente para extraer el proyectil. Según señalaron, se encuentra lúcido y con buen estado de ánimo.

Uno de los jóvenes que viajaban en el auto informó a Artigas Noticias que la persecución se inició luego de que el conductor del Peugeot rebasara al vehículo de los policías de tránsito. “Se cruzó delante de ellos, y ellos salieron atrás nuestro, nos decían que paráramos, pero él no quiso parar. Cuando llegaron los milicos, empecé a escuchar disparos y empezaron a llegar más policías”, comentó.

El joven contó que en la persecución pidieron varias veces al conductor que parara, pero no hizo caso: “Íbamos todos agachados y escuchamos a mi compañero decir que le habían disparado, que le dolía; se estaba agarrando la espalda y tenía sangre en la mano. Ahí empezamos a decirle que parara el auto, le movíamos la mano, el brazo, pero no quería parar. Se quedó mirando el volante y no nos prestaba atención”.

El auto recibió varios impactos de bala, algunos de ellos en las ruedas. Ninguno de los jóvenes estaba armado. “Lo único que teníamos en el auto era una caja de vino”, dijo el joven.

El jefe de Policía de Artigas, Adolfo Cuello, dijo a la diaria que se tomó la decisión de iniciar un sumario administrativo con separación del cargo a los cuatro policías que participaron en el operativo, y descartó que pudiera haber responsabilidad en más funcionarios, dado que los efectivos actuaron por decisión propia. “El procedimiento no está ajustado a las órdenes que se impartieron ni a los protocolos que existen, vamos a hacer un sumario administrativo y eso nos va a determinar bien qué fue lo que pasó”, señaló Cuello, que aclaró que la evolución del joven herido no incide en las sanciones que puedan recibir los efectivos, dado que la investigación interna se reduce a la conducta de los policías durante el procedimiento.

En una rueda de prensa, Cuello calificó la situación de “muy grave” y señaló que los policías que intervinieron estaban cumpliendo tareas de garantía a los inspectores de tránsito. Además, planteó que el superior de los policías que actuaron supo en el lugar que había una persona herida de bala y que tres de los cuatro funcionarios policiales que iban en el patrullero habían efectuado entre siete y nueve disparos con sus armas desde el patrullero.

Cuello destacó que la Ley 18.315, de procedimiento policial, es clara en cuanto a las circunstancias en las que se habilita el uso de arma de fuego. “En toda circunstancia, el personal policial debe actuar de forma tal que, racionalmente, evite generar un daño mayor al que pretende impedir”, señala el artículo 30.