El coronel en situación de reforma José Nino Gavazzo declaró este viernes ante la jueza penal de 26º turno Ana de Salterain y el fiscal en lo penal de 2º turno Gilberto Rodríguez en la causa que investiga violaciones a los derechos humanos en la sede del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna) entre 1972 y 1985.

Acompañado por su abogada y en calidad de indagado, Gavazzo declaró por videoconferencia desde su casa, donde cumple prisión domiciliaria, y respondió las preguntas de los abogados denunciantes, la jueza y la fiscalía, que se encontraban en la sala de videoconferencias de la Oficina Penal Centralizada.

En sus declaraciones, Gavazzo dijo que en el período que estudia la causa actuó en otras unidades militares y si bien admitió que participaba de los interrogatorios a los detenidos, dijo que se hacían sin encapucharlos. En esa línea, negó haber torturado o tener conocimiento de torturas en el Fusna.

Gavazzo fue llamado a declarar debido a que algunas víctimas del Fusna lo vieron o reconocieron su voz durante el tiempo en que estuvieron detenidos, que en algunos casos superó los cinco años.

Según informaron a la diaria desde la fiscalía, la causa ingresará ahora en un proceso de revisión de todas las pruebas, dado que cuenta con unas 70 declaraciones, que fueron tomadas por varios fiscales y jueces en los ocho años que lleva el proceso.

El fiscal Rodríguez dará participación a la parte denunciante para que pueda acceder a las actuaciones, proponer prueba y participar de todas las diligencias judiciales, tal como plantea el artículo 13 de la Ley sobre Crímenes de Lesa Humanidad y Genocidio (18.026). Luego de ese proceso, la fiscalía se pronunciará.

“Ahora lo que tenemos que hacer es ver, contra quién, sobre qué hechos, cuándo, en qué lugar y quienes lo identifican”, señaló el fiscal a la diaria.

La denuncia fue realizada por unas 50 víctimas del terrorismo de Estado que estuvieron detenidas en el centro, principalmente militantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros y del Grupo de Acción Unificadora. Una parte de ellos recorrió las instalaciones en 2014 y reconoció los lugares de detención.

El Fusna, ubicado en el Puerto de Montevideo, funcionó como centro clandestino de detención y torturas y, según dijo el ex comandante en jefe de la Armada Juan Fernández Maggio, tenía la función de, “mediante investigación propia o datos que se le pasaban, hacer allanamientos, detener, investigar e interrogar a personas vinculadas a la sedición”.

Además, era una pieza clave en la coordinación regional de la represión, principalmente con la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) de Argentina. Esa unidad de la Armada tenía sus propios enlaces de inteligencia, que coordinaban con Inteligencia Naval y la división de inteligencia de Prefectura.