La jueza Ana Claudia Ruibal procesó al empresario Miguel Sofía por asociación para delinquir con un delito de homicidio muy especialmente agravado en calidad de coautor por el secuestro y asesinato del tupamaro Héctor Castagnetto, según informó Radio Sarandí y confirmó la diaria. Castagnetto fue detenido el 17 de agosto de 1971 por integrantes del grupo conocido como Escuadrón de la Muerte o Comando Caza Tupamaros y trasladado a un rancho en El Pinar y posteriormente a una vivienda en Carrasco, donde fue interrogado y torturado. Al día siguiente, su cuerpo fue arrojado al Río de la Plata, a la altura del puerto de Montevideo, y jamás fue encontrado.

Según consta en la sentencia judicial, a la que accedió la diaria, de la investigación realizada a partir de las “actas Bardesio” surge que Sofía integraba el Escuadrón de la Muerte, que el 17 de agosto de 1971 secuestró y torturó a Castagnetto. Nelson Bardesio fue un fotógrafo policial que reconoció haber integrado esa célula parapolicial, cuando fue secuestrado por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en 1972, y señaló a varios de sus compañeros. Castagnetto fue detenido en la zona de Avenida Italia y Bulevar Batlle y Ordóñez, por estar vinculado al MLN-T y ser hermano de las integrantes de esta organización Blanca y Ana María Castagnetto.

Luego de su detención, fue trasladado a un rancho ubicado en la zona de El Pinar que se hallaba abandonado y que había pertenecido antes al MLN-T, donde fue interrogado y torturado. Posteriormente, fue trasladado a una vivienda en la calle Araucana y la rambla, donde continuaron los interrogatorios y las torturas. Finalmente, el comando llevó al detenido al puerto de Montevideo y, con permiso del capitán de Marina Jorge Nelson Nader, Castagnetto fue arrojado al mar, “sin haberse podido determinar hasta la fecha si el mismo se encontraba o no fallecido”, destaca el documento.

“De la prueba recogida en autos emerge semiplenamente verificado que la desaparición física del mencionado joven tuvo su causa en la muerte provocada a este por parte de sus captores (entre ellos, el indagado Miguel Antonio Sofía), quienes lo mantuvieron cautivo, interrogándolo y torturándolo, para luego arrojarlo al mar con intención de terminar con su vida, a fin de lograr la impunidad de los partícipes en tal crimen”, resume la magistrada.

El fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, había pedido el procesamiento de Sofía y otras personas vinculadas al Escuadrón de la Muerte en abril de 2009, cuando se desempeñaba en la Fiscalía Penal. Según manifestó a la diaria, la sentencia de Ruibal recoge “parcialmente” la posición de la Fiscalía, dado que no hizo lugar a la solicitud de imputar a Sofía por la muerte de Manuel Ramos Filippini y de Ibero Gutiérrez, ni por la desaparición forzada de Abel Ayala. Perciballe recordó que en 2010 se procesó a Bardesio y al inspector Pedro Fleitas por el homicidio de Castagnetto, y quedó pendiente la resolución del pedido de procesamiento de Sofía, que cuando tomó conocimiento de la decisión se fugó del país, pero volvió el año pasado y fue detenido.

Perciballe indicó que la prueba fundamental surge de las actas de Bardesio, aunque eran nulas por la forma en la que se tomaron, porque Bardesio admitió su validez posteriormente en distintos ámbitos, incluso ante el coronel Rodolfo Zubía, ex jefe de Policía de Montevideo. “Además de eso, Fiscalía comenzó a tomar punto por punto lo que él fue diciendo en las actas y lo probó por otros medios”, sostuvo el fiscal. Sofía afirmó no haber tenido participación alguna en la desaparición y muerte de Castagnetto, y aseguró conocer “del tema por la prensa de la época y por lo que pudo leer en el juzgado”, según señala la sentencia.