La fiscal de Rivera de 3er turno, Stella Alciaturi, obtuvo una condena de 27 años de penitenciaría para un ciudadano brasileño de iniciales MPM, de 37 años, que integraba la organización criminal Bala na Cara, comandada por el uruguayo-brasileño Ernesto Vargas. Por esta causa ya fueron condenadas en un acuerdo abreviado otras tres personas por el delito de homicidio en calidad de cómplices.

MPM fue condenado por un delito de asociación para delinquir, con un delito de homicidio complejo muy especialmente agravado. La fiscal explicó a la diaria que el delito de homicidio complejo implica los tres hechos por los que fue investigado: dos homicidios consumados y uno en grado de tentativa, cometidos entre abril y mayo de 2018.

El primer homicidio ocurrió el 25 de abril, cuando MPM y otro hombre que no pudo ser identificado ingresaron armados a una vivienda de la calle Carlos de Mello, en el barrio Mandubí de la ciudad de Rivera, y exigieron dinero a un hombre de 32 años, vinculado a la organización, conocido como El Canario. Después de que la víctima les entregara 3.000 pesos, los atacantes le ordenaron acostarse boca abajo y lo ejecutaron de tres disparos.

Una semana después, MPM llegó junto a otros tres hombres, en un Chevrolet Prisma matriculado en Brasil, a una vivienda de la calle Luis Batlle Berres, del barrio Ansina de la ciudad de Rivera. Luego de mantener una conversación con un hombre, los victimarios abrieron fuego. La víctima, un hombre de 30 años, recibió tres disparos, pero fue trasladado al Hospital de Rivera, donde salvó su vida.

MPM también fue condenado por el homicidio de Franciana da Rosa, una ciudadana brasileña de 21 años que fue acribillada el 22 de mayo de 2018 en la frontera con Santana do Livramento. El condenado, acompañado por otra persona que no fue identificada y huyó a Brasil, contactó a la víctima, que se dedicaba al tráfico de armas y estupefacientes en la frontera. La mujer fue llevada en moto por uno de los imputados en la causa desde el hotel en donde se alojaba del lado brasileño hasta el barrio Matadero del Norte, en Rivera, con la excusa de que querían comprarle armas. Allí fue asesinada por MPM, quien le dio tres disparos. Según la investigación, el líder de Bala na Cara ordenó el homicidio en el marco de una disputa entre bandas rivales.

En diálogo con la diaria, Alciaturi destacó el trabajo de la Fiscalía y de la Policía, que logró conectar los tres hechos que comenzaron a investigarse aisladamente y establecer el vínculo de los involucrados con una facción de Bala na Cara.

La fiscal dijo que todos los testigos que participaron en el juicio lo hicieron con cierto grado de protección, cuatro de ellos con identidad reservada, lo que implica que su declaración se hizo sin la presencia del imputado y con el registro de su voz distorsionada. Agregó que las personas que dieron su testimonio corrieron “un riesgo enorme” por la forma en que opera esa organización criminal en Rivera, cuyos integrantes de ciudadanía brasileña “no tienen más que cruzar la calle” para evitar a la Justicia. “En este caso, si no hubiera sido aprehendido en Uruguay, no lo hubiéramos podido someter a juicio nunca, porque Brasil, por la Constitución, no extradita a sus nacionales”, expresó.

Si bien la Fiscalía había pedido 29 años de prisión, la sede entendió que uno de los agravantes que pretendía Alciaturi no correspondía y bajó la pena a 27. La fiscal adelantó que si la defensa del condenado apela la decisión de primera instancia, ella también recurrirá al tribunal a fin de aumentar la pena.

Bala na Cara disputa con la organización Os Manos el control del narcotráfico en todo Rio Grande do Sul. Su líder, Ernesto Vargas, conocido como Cachorrinho, fue condenado en Porto Alegre en 2008 por el homicidio de un miembro de la Policía Federal brasileña; se lo investiga por el asesinato de dos policías uruguayos.