Ruben Casadei, de 36 años, fue asesinado en el marco de una rapiña. El hombre, que era policía, trabajaba en un camión de reparto. En el hecho robaron su arma de reglamento.

No es el primer caso de un policía asesinado en el marco de una rapiña a un reparto. Esta actividad privada es común entre los policías. Las empresas privadas los contratan para que cumplan un doble rol: el servicio de reparto por el que son contratados y el de seguridad. Esto va en contra de la norma que rige la seguridad privada, ya que quienes prestan tareas de seguridad deben estar contratados para esa función y habilitados por la Dirección General de Fiscalización de Empresas del Ministerio del Interior. La alternativa para la contratación de policías para tareas de custodia se hace en el marco de la Ley 13.318, en su artículo 222, lo que se conoce comúnmente como servicio “222”.

Cuando el hecho se divulgó en redes sociales, trascendieron mensajes que celebraban el homicidio. El Ministerio del Interior tomó conocimiento del hecho y presentó una denuncia ante la Fiscalía.

Tras varios allanamientos, una mujer de 28 años fue detenida en su casa y un hombre de 26 años fue detenido en su trabajo. Se incautaron sus teléfonos y computadoras para ser periciados por Policía Científica.

“Uno menos, todo llega en esta vida todo llega. Hoy me tomo una corona”, escribió el hombre junto a la noticia. La mujer está acusada por retuitear el mensaje.

Diego Pérez, fiscal a cargo del caso, dijo a la diaria que se podría tipificar como “apología de hechos calificados como delitos”. El Código Penal establece que quien “hiciere, públicamente, la apología de hechos calificados como delitos, será castigado con tres a veinticuatro meses de prisión”.

En un proceso abreviado, el hombre fue condenado por un delito de apología de hechos calificados como delitos. La pena de cuatro meses de prisión fue sustituida por un régimen de libertad a prueba, con supervisión de la la Oficina de Seguimiento de la Libertad Asistida (OSLA). Debe fijar domicilio, presentarse una vez a la semana en la seccional policial que le corresponde por su domicilio y realizar trabajo comunitario en un régimen de cuatro horas por semana durante dos meses.

También mediante un proceso abreviado, la mujer fue condenada como autora responsable de dos delitos de apología de hechos calificados como delitos, a lo que se sumó un delito de desacato, en reiteración real. Uno de los delitos de apología de hechos delictivos corresponde a una situación anterior: un video de la mujer diciendo “yo disfruto cuando matan a un policía” había circulado en redes sociales meses atrás. La pena es de siete meses de prisión, sustituida por un régimen de libertad a prueba supervisada por la OSLA. También debe fijar domicilio, presentarse en la seccional policial una vez a la semana y hacer trabajo comunitario en un régimen de cuatro horas por semana durante cuatro meses.