El Ministerio del Interior (MI) abrirá un llamado para cubrir 1.000 vacantes en las jefaturas de Policía de Montevideo, Canelones y San José, y en la Guardia Republicana. El llamado se abre el 13 de agosto y se cierra el 27 de agosto y es para personas de entre 18 y 35 años.

Como el llamado está comprendido por el artículo 105 de la Ley 19.889, 2% del total de plazas será cubierto por personas que fueron víctimas de delitos violentos.

Entre las prohibiciones para presentarse al llamado figuran la baja de la función pública previa, la mala conducta (que se descarta mediante la presentación del certificado de antecedentes judiciales), tener anotaciones policiales o sentencias penales, y consumir sustancias ilícitas o marihuana.

También se plantean ineptitudes que impiden el ingreso. Entre ellas, se destacan los tatuajes y los piercings. Según se señala, esto es porque se altera “la presentación personal, la sobriedad o el adecuado porte de los uniformes”. Cabe destacar que nada impide a un policía que ya esté en servicio hacerse un tatuaje o un piercing.

Si bien la normativa respecto a la exclusión de quienes tienen tatuajes y piercings de la Policía es histórica, se había hecho una modificación para eliminar esta medida. En agosto de 2020, a través del decreto 240/020, se volvió a incorporar a la ley orgánica policial.

Este tema ya había sido objeto de debate el año pasado cuando se abrió un llamado para el ingreso a la Guardia Republicana. En su momento, el entonces ministro del Interior Jorge Larrañaga defendió la exclusión. Dijo que “es un tema de qué tipo de integración queremos en cuanto a la imagen de una Guardia Republicana que tiene sus especificidades”.

Larrañaga argumentó a favor de la modificación de la ley orgánica policial, que tuvo lugar durante su gestión.

El actual ministro del Interior, Luis Alberto Heber, fue consultado al respecto en conferencia de prensa este martes. Ante la pregunta de los periodistas acerca de esta normativa, planteó que esta disposición “ya estaba” cuando él inició su gestión.

Según el ministro, “a su juicio”, “es una disposición que tendría que tener modificaciones”. “Una cosa es lo que la Policía entiende que es menester procurar, que es que no se identifique al policía. Y otra es poner una medida que tenga que ver con tatuajes que no están a la vista y que por lo tanto no hay riesgo”, expresó.

“Una cosa es evitar identificar a un policía a través de un tatuaje que tenga en una mano o en la cara” porque eso “puede ser peligroso para él, si hace un operativo”, pero “otra cosa es que tenga un tatuaje que no esté a la vista”. “No puede haber un criterio similar si la razón es preservar la identificación”, dijo.

Heber fue enfático en plantear que “se tiene que revisar la disposición para que esté encuadrada dentro de lo lógico”. “No se puede generalizar a prohibir los tatuajes, no me parece lo lógico”, agregó.

El Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo (Sifpom) pidió al Ministerio del Interior que revea este criterio para el ingreso a la Policía. Según informaron, recibieron llamados de aspirantes que no los dejaron entrar por tener tatuajes.

“Al principio era que fuera un tatuaje con un signo político o de violencia, que diera a que lo miraras y dijera algo detrás de ese tatuaje, pero en realidad hoy ya en algunos lugares no se aplica con la misma coherencia, entonces a veces tiene una florcita y los dejan afuera. Nos llaman desesperados y nosotros, si bien no los podemos representar porque no son funcionarios policiales aún, hicimos el planteo al Ministerio del Interior, dijo que iban a rever y ver cómo se estaba tomando por parte de aquellos que tienen que hacer esa selección, ver en qué se estaban basando y en qué criterios”, dijo a Subrayado Patricia Rodríguez, presidenta de Sifpom. Y agregó que “deberían rever bien en qué condiciones se inhabilita o no con ese tatuaje y no al azar a todos, porque capaz que estamos dejando mucha gente valiosa afuera y que realmente quieren ser policías por vocación”.

Para Rodríguez, “sería una lástima porque no se limita que después de que terminen la escuela se hagan los tatuajes que quieran y no sea un impedimento hacerlo. No se entiende mucho el criterio y no queremos que termine siendo algo discriminatorio”.