La jueza letrada de Durazno de cuarto turno, Patricia Hornes, definió el traslado a la Unidad 19 Florida de una persona privada de libertad en Durazno, luego de que fuera maltratada por el director de la cárcel, Rodrigo Silva.

Hornes, en su calidad de jueza de Ejecución, inició la indagatoria de oficio luego de que le llegara la información de que una persona privada de libertad de la Unidad 18 Durazno había sido enviada a un calabozo por no saludar al director.

La jueza se entrevistó con el recluso y con el director de la cárcel y de otros funcionarios policiales y personas privadas de libertad que dieron testimonio de lo ocurrido en la mañana del 7 de noviembre.

Según determinó la jueza, que también obtuvo un video del hecho, Silva definió el traslado al calabozo del privado de libertad luego de que este se negara a responderle el saludo y lo mirara “mal”, según el testimonio del director.

Tras el incidente, Silva dio órdenes de quitarle parte de la ropa al hombre, dejándolo en short y en remera, y trasladarlo a un calabozo, en un día particularmente frío, según consta en la sentencia a la que accedió la diaria.

Cuando el privado de libertad le preguntó por qué había decidido enviarlo al calabozo, Silva le respondió: “Si ve al director, se le dice ‘buen día’. ¡No se equivoque con lo que era [Juan] Malaquín acá!”, en referencia al anterior director de ese establecimiento penitenciario. Además, Silva lo habría amenazado con trasladarlo a una cárcel de Montevideo.

“Debemos cuestionarnos si es correcta la actitud asumida por el director en cuanto al traslado al celdario. Por supuesto que no, por los motivos que surgen probados: no saludarlo, mirarlo ‘malo’, o contestarle que lo mira como quiere. Por esos motivos no existe la posibilidad de sanción. ¿Podemos exigirles a las personas cómo tienen que mirarnos? No”, sostuvo la jueza en la sentencia.

Hornes también rechazó los argumentos dados por algunos funcionarios policiales en cuanto a que se decidió quitarle parte de su ropa por razones de seguridad, para evitar un suicidio, dado que el hombre quedó con su remera que finalmente rompió y utilizó para cubrirse el cuerpo.

“No se trataba de una travesía, no era un juego, fue esto una forma de castigo por no saludar al director. Y para el caso de que se entienda que por un tema de jerarquía y respeto se lo debe saludar con un ‘buenos días’, el no saludarlo da mérito a la sanción aplicada, las sanciones deben seguir procedimientos, ¿la persona involucrada no tiene derecho a descargo?”, cuestionó la jueza.