La jueza en lo penal de 36° turno, Marcela Vargas, rechazó el pedido de libertad de la defensa del profesor de Historia Sebastián Mauvezin, signado como quien contactaba a las víctimas en la causa que investiga al exsenador Gustavo Penadés por delitos sexuales.
A la salida del Juzgado, la defensa de Mauvezin, que llevan adelante Daiana Abracinskas y Rosana Gavazzo, lamentaron la decisión de la jueza. “Va a seguir en prisión preventiva hasta febrero, así lo decretó la jueza. Tenemos un código de proceso penal que todos esperábamos que cambiara esto, pero los cambios que se fueron haciendo nos llevan a esto. Tenemos que esperar al juicio para poder probar; él está convencido de que no hizo nada de lo que se lo acusa”, señaló Abracinskas.
La abogada señaló que la jueza no aceptó la presentación de evidencia para fundamentar el cese del riesgo procesal, por lo que se sostiene la prisión preventiva de Mauvezin, y planteó que la conmoción social que generó el caso está influyendo en la decisión. Abracinskas lamentó que la prensa no haya podido ingresar a la audiencia: “A todos nos encantaría que la prensa ingresara a las audiencias, que es una garantía de transparencia y que cada uno desde su casa saque sus propias conclusiones”.
Consultada sobre las razones esgrimidas por la jueza para impedir el ingreso a la audiencia pública, Abracinskas respondió: “Ninguna, cuando yo pregunté si la prensa ingresaba, la funcionaria que trabaja con ella nos dijo que la jueza había decidido que no ingresaran”.
Por su parte, la defensa de parte de las víctimas, Soledad Suárez, señaló que corresponde la vigencia de la prisión preventiva porque los riesgos se mantienen. “El riesgo para las víctimas es que él cumplía, en la teoría del caso de la Fiscalía, el rol de captor de las víctimas para el otro imputado y eso le da un conocimiento particular de quiénes son las víctimas, en qué lugares se mueven”, señaló.
Suárez agregó que aún quedan pendientes actividades probatorias que a su entender podrían frustrarse con la libertad de Mauvezin y señaló que las víctimas pueden ser afectadas en su vida más allá de su rol como fuente de prueba.