Laura Richardson, la primera mujer en alcanzar el puesto de jefa del Comando Sur de Estados Unidos, dedicó cuatro días de su agenda a visitar Uruguay esta semana. Se reunió con el ministro de Defensa Nacional, Javier García, y con la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse. En su último día de visita, manifestó en una rueda de prensa que es necesario desmantelar el crimen organizado y dijo que “si Uruguay pide ayuda a Estados Unidos, estaremos allí para ayudar”.

El Comando Sur es uno de los seis comandos geográficos del Pentágono, responsable de operaciones de seguridad en América del Sur, en América Central y en el Caribe. El experto en Defensa Julián González Guyer señala que después de la Guerra Fría, los gobiernos de América Latina “han mantenido una relación relativamente distante” con el Comando Sur, con “vínculos de carácter más militar y no tanto político” como sucede en otras regiones, en particular después del rol que tuvo Estados Unidos en los golpes de Estado en América Latina en la década del setenta. Recordó que los comandos geográficos “son actores de política exterior” que reúnen lo militar y lo político, “manejan un presupuesto brutal y casi no tienen controles, reportan directo al presidente y al ministro de Defensa” de Estados Unidos.

Richardson suele ser muy explícita respecto a la importancia que, a su entender, Estados Unidos debe otorgar a América Latina, ante lo que considera la amenaza de China.

El 11 de octubre de 2023, en una actividad organizada por la Fundación para la Defensa de las Democracias, comenzó diciendo que le preocupa la extracción de las reservas de petróleo descubiertas frente a las costas de Guyana, mencionó que América del Sur (Argentina, Bolivia y Chile) tiene el 60% del litio del mundo y que la Amazonia representa “los pulmones del mundo”. América Latina es rica en recursos naturales, enfatizó Richardson, y explicitó que Estados Unidos debe procurar que “los adversarios y competidores estratégicos”, en referencia principalmente a China y Rusia, “no estén tratando de llegar allí con fines nefastos”.

En particular, Richardson se mostró preocupada por los puertos de aguas profundas que las empresas chinas construyen en países de América Latina, ya que se trata de “infraestructura crítica”, y muy especialmente por la Iniciativa de la Franja y la Ruta que impulsa China, a la que han adherido 22 de los 31 países de América Latina y el Caribe. Este proyecto busca desarrollar infraestructura y fomentar la cooperación económica con el país asiático. “Yo diría que los países (de América Latina y el Caribe) realmente están buscando asistencia económica”, evaluó Richardson.

La jefa del Comando Sur también se mostró preocupada por el acuerdo que firmó Argentina en 2012 con China para instalar una estación de la Administración Espacial Nacional China en la Patagonia, en la provincia de Neuquén. Hizo notar que China tiene tres estaciones de este tipo, dos de ellas en China, y la tercera es la de Argentina. Advirtió que esta estación permite no sólo el seguimiento de los satélites de China, sino que también tiene “la capacidad de rastrear satélites estadounidenses, también de países socios, y posiblemente usarse para apuntar a esos satélites eventualmente. Entonces eso es una preocupación”.

Otra de las inquietudes de Richardson es el manejo de la información. “Yo diría que estamos en conflicto en el dominio de la información”, consideró. “En América Latina tenemos más 31 millones de seguidores de Sputnik Mundo, Russia Today en español y Telesur”, indicó, y consideró que estos medios no hacen periodismo, sino que “difunden desinformación” que “socava las democracias en todo el hemisferio”.

La jerarca militar mencionó con preocupación la presencia iraní en América Latina: “Ellos entraron en el hemisferio desde el Pacífico e intentaron hacer escalas en puertos de numerosas ciudades, pero le fueron negadas y la fragata terminó haciendo una escala en el puerto de Río (de Janeiro). Hemos tenido un buque de guerra ruso en la región y en el hemisferio. Por lo tanto, estamos viendo una tendencia al alza en la presencia en la región de nuestros competidores estratégicos”, advirtió.

Para González Guyer, tras su intensa intervención en América Latina en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos tuvo un “cierto olvido” de la región, en particular cuando se enfocó en la guerra contra el terrorismo tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001. “Pero ojo, porque América Latina sigue siendo su patio trasero, es su último reducto. A medida que Estados Unidos va perdiendo poder en el mundo, va aumentando la importancia de América Latina, de acá no se va a ir así nomás”.