El fiscal especializado en Delitos Económicos y Complejos de primer turno, Alejandro Machado, no comenzará a diligenciar el caso sobre la destrucción de documento certificado con los chats entre Carolina Ache y Guillermo Maciel hasta no tener una resolución sobre el caso que investiga la expedición del pasaporte a Sebastián Marset, según informó el semanario Búsqueda y confirmó la diaria con fuentes judiciales.

Cuando le fue designado el caso, Machado pidió fortalecer su equipo dado que no tenía suficientes recursos para trabajar en él, lo que fue concedido por el entonces fiscal de Corte, Juan Gómez. Sin embargo, a mediados de febrero una de las integrantes del equipo fiscal fue designada a una fiscalía de flagrancia, sin ninguna perspectiva de que fuera reemplazada, por lo que el fiscal Machado decidió avanzar en la causa del pasaporte y, una vez culminada la investigación preliminar de ese caso, comenzar las diligencias sobre el de destrucción del documento, que podría implicar la declaración del presidente Luis Lacalle Pou.

El caso fue adjudicado a Machado por ser una derivación de la causa que investiga si hay responsabilidad penal en la entrega del pasaporte a Sebastián Marset cuando se encontraba preso en Dubái. En esa causa, Ache declaró que entregó un documento certificado al entonces director de jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Mata, con los chats entre ella y Maciel, en los que el entonces subsecretario del Interior le consultaba sobre la situación de Marset en Dubái y le advertía que era un narco “peligroso y pesado”.

Ache entregó a Mata los chats certificados para que los incorporara como prueba a una investigación administrativa de la cancillería, que a su vez había sido pedida por la Justicia en el marco de una acción de acceso a la información pública, por lo que el documento debía ser remitido al Poder Judicial.

La exsubsecretaria de Relaciones Exteriores contó al fiscal Machado que luego de haber entregado el documento recibió una llamada del asesor presidencial Roberto Lafluf para convocarla a una reunión en la que le pidieron que borrara los chats, que el gobierno pretendía ocultar porque había dicho ante el Parlamento que no sabían quién era Marset antes de entregarle el pasaporte.

Este jueves Búsqueda informó que fue Mata quien llevó el documento certificado a Presidencia; una vez allí, Lafluf –según relató Ache– lo destruyó, por lo que la entonces subsecretaria, que insistía con entregar la documentación a la Justicia, volvió a certificar los chats con escribano y al entregárselos a Mata le exigió un recibo que aclarara que entregaba el documento “por segunda vez”.