El Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU) realizó una denuncia penal contra manifestantes del 8M por considerar que existieron expresiones antisemitas durante la marcha, en la que se exhibió un muñeco atravesado por una lanza con la estrella de David. En la marcha también se mostraron pancartas vinculadas a Palestina e Israel bajo leyendas como “Fuego al colonialismo patriarcal. Palestina Libre” o “Nunca antisemita, siempre antisionista”. La investigación será llevada adelante por la Fiscalía de Flagrancia de 4º Turno, a cargo de la fiscal Brenda Puppo.

El presidente del CCIU, Roby Schindler, dijo a la diaria que mantendrán contactos con la Institución Nacional de Derechos Humanos y con la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de discriminación. “No queremos que este tipo de hechos se naturalice”, afirmó.

Según informó, el equipo de abogados del CCIU estuvo trabajando todo el fin de semana en la recolección de imágenes para llevar evidencia ante la Fiscalía y señaló que se busca que “no pase a mayores” y “que se visibilicen este tipo de situaciones para que no sean solamente los judíos que reaccionen”. La denuncia también integra hechos ocurridos en la marcha en apoyo a Palestina, el pasado 29 de febrero, en la que se habría quemado una bandera de Israel.

“Esto es contra la sociedad, acá sentimos como que se rompió un pacto que había en el Uruguay. La colectividad judía tiene más de 100 años de inserta en la sociedad uruguaya, en todos los ámbitos de la vida uruguaya, cultural, social, deportivo, comercial, y nos duele mucho porque por situaciones como estas, cuando yo era chico me contaban mis abuelos que escaparon de Alemania, de manera que no queremos que esto pase desapercibido”, expresó.

Schindler dijo que “las muestras que se dieron el 8 de marzo mancharon la imagen de un Uruguay republicano que sobresalía en el mundo y en la región por su respeto por el otro” y señaló que en los últimos meses ha visto un “incremento muy importante de actos antisemitas y antijudíos a partir del 7 de octubre, que realmente llama la atención”.

Consultado si las expresiones en contra de Israel no pueden explicarse por la situación humanitaria en Gaza, respondió: “No tiene nada que ver con reivindicaciones producto de una guerra que generó un grupo terrorista. No tiene nada que ver, nada que ver. Era un día en el que las mujeres merecen la reflexión de todos, de hombres y mujeres, para que la mujer tenga plenos derechos iguales a los hombres y que no queden rezagadas. De manera que no había lugar para una manifestación que nos retrotrae a lo peor de la Alemania nazi de los años 30”.

INDDHH: preocupación por discurso de odio

La Institución Nacional de Derechos Humanos emitió un comunicado expresando su “profunda preocupación por las expresiones de odio y antisemitismo ocurridas el pasado 8 de marzo” y agregó que la plataforma reivindicativa del 8M “fue utilizada por un grupo de participantes para practicar un discurso de odio con la exhibición de una cabeza de mujer, con rasgos monstruosos y exagerados, con colmillos, ojos desmesurados y una estrella de David en la frente, atravesada por una lanza”.

En el comunicado la INDDHH dice que “no se debe interpretar lo sucedido como una manifestación de la libertad de expresión o de opinión” y alude a estrategia y plan de acción de la ONU, que define el discurso de odio como “cualquier tipo de comunicación ya sea oral o escrita, —o también comportamiento—, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o grupo en función de lo que son, en otras palabras, basándose en su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad”.