A las 15.30 del 26 de abril, Edgar Froste recibió más de 20 disparos cuando se encontraba sentado en una plaza en la zona de Ernesto Quintela y Trápani, en el barrio Nuevo Ellauri. Los tres agresores llegaron por detrás de Froste y dispararon con armas de peine largo. Había llegado en un Hyundai I 10 gris con vidrios polarizados, que fue incendiado a diez cuadras del lugar. El hombre había sido víctima de un ataque en marzo, en un incidente en el que fue herida de bala una niña de 12 años.

La investigación del equipo de la Fiscalía de Homicidios de 4° turno, liderada por la fiscal Silvia Naupp, identificó, en una primera instancia, a tres hermanos como los presuntos autores del hecho, con base en los testimonios brindados por vecinos del barrio, entre ellos la hermana de la víctima y tía de Geral Froste, el adolescente de 14 años asesinado en la madrugada del 25 de diciembre, cuando se interpuso en una discusión entre su madre y una vecina.

Leticia Froste estaba a diez metros de su hermano cuando fue asesinado: “De repente veo un auto que venía desde pasaje peatonal, toma la calle que estaba de espaldas a mi hermano y para justo detrás de él. Veo bajar a tres hombres, los tres [le] disparan a mi hermano por la espalda, cuando cae al suelo uno de ellos se aproxima y le dispara en la cabeza, luego se vuelven a subir y se van por la misma cuadra, uno de ellos cuando se iba apuntó a mi casa y efectuaron más disparos”.

“Vi claramente a Thiago y Sebastián [nombres ficticios] ya que estaban a cara descubierta, Thiago usaba la capucha, pero estoy más que segura que era él porque lo vi de frente, Sebastián no usaba nada, estaba a rostro descubierto, también lo reconozco fehacientemente, el otro que se bajó me pareció que era Braian [nombre ficticio] pero tenía un gorro y capucha puesta”, expresó en sus declaraciones reproducidas durante la audiencia de formalización de Sebastián, el único mayor de edad entre los indagados.

Otros tres testigos que aportó la fiscalía mencionaron a Braian como uno de los autores del hecho. Sin embargo la defensa del único imputado por el homicidio, a cargo de Raúl Estomba, logró determinar que el adolescente en el momento del crimen se encontraba internado en un centro del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente, algo que fue corroborado por la fiscalía, que se aseguró de que no hubiera gozado de salidas transitorias en el momento del hecho.

“Cuando cesan los disparos los tres juntos, Sebastián vuelve y le dispara en la cabeza. Las armas utilizadas funcionaban en régimen de ráfaga y el resto tiro a tiro, el arma que utilizó Sebastián para dispararle en la cabeza es de un calibre más grande, el efecto fue mucho mayor”. Los testigos que aseguraron haber visto a Braian rectificaron su testimonio: “Me parece que el tercer masculino era Braian, no puedo asegurar que era él”, dijo un testigo al corregir su declaración, mientras que otro de los testigos agregó que no lo vio directamente; “podría decir que era él o alguien muy parecido”, expresó.

La corrección en la declaración de los testigos de la fiscalía fue uno de los puntos en los que hizo hincapié la defensa de uno de los hermanos para poner en duda la veracidad de los testimonios; a su vez presentó otros cuatro testigos que aseguraron que los atacantes no actuaron a cara descubierta. Entre los testigos hay un futbolista que relató los mismos hechos que el resto de los testigos, un taxista que dijo que eran cuatro los atacantes y que utilizaban pasamontañas en el momento de los hechos y un hombre que es el padre de un joven de 22 años asesinado el 5 de enero en el mismo barrio, cuando se encontraba con su hija de dos años, que recibió cinco impactos de bala.

La fiscal Naupp dijo que ese asesinato se le atribuía a Gustavo Froste, al punto de que, según la declaración del testigo, Froste fue hasta su casa a aclararle el hecho: “Después de la muerte de mi hijo Rodrigo, Edgar Froste fue a mi casa a hablar conmigo y me dijo que él no tenía nada que ver con la muerte de mi hijo”, expresó el hombre en declaraciones a la Policía.

La fiscalía señaló inconsistencias y contradicciones en las declaraciones de los testigos presentados por la defensa del imputado, principalmente vinculadas al recorrido del vehículo con el que los agresores llegaron y se fueron del lugar.

“Se ubican en el lugar y describen los hechos. Si no le queda claro por dónde venía el auto o por dónde se fue, me parece que la circunstancia de una balacera, porque no es solamente que las personas que se bajaron del vehículo le dispararon a la persona que estaba en la plaza, sino que en ese momento salieron personas de varios lugares y se generó toda una balacera. No sé en ese ambiente complejo pedirle a una persona que describa exactamente por dónde se fue el vehículo o por dónde vino; parece un estándar bastante exigente”, contestó el abogado.

Durante la audiencia, Sebastián pidió la palabra al juez de garantía Marcelo Souto, quien se la concedió luego de advertirle que podría perjudicarlo en la causa. Con la oposición de su abogado, Sebastián señaló que existen cámaras en la casa de Froste que no fueron añadidas a la investigación y que servirían para determinar si los atacantes actuaron a cara descubierta o no.

“Yo lo que quería decir es ¿Froste no tenía cámara en la casa? Las cámaras de la casa de Froste da a todo, a todo porque en el video que muestra Telemundo prácticamente muestra las cámaras. ¿Para qué andan diciendo si está sin capucha o con capucha sí pueden ver las cámaras de videovigilancia del momento?”, cuestionó el imputado antes de ser enviado a prisión preventiva.

Para determinar la formalización del proceso el juez Souto citó dos sentencias de la Suprema Corte de Justicia, una fue la primera sobre la constitucionalidad del actual código de proceso penal que habla de la amplitud de la semiplena prueba necesaria para determinar la prisión preventiva sin diligenciamiento de prueba previo en la etapa de formalización y otra sentencia de diciembre de 2020 sobre los estándares requeridos para formalizar el proceso. “Acá no estamos en un juicio ni en un minijuicio, el defensor pudo controlar la evidencia y realiza cuestionamientos de valoración e imperfecciones y contradicciones que tienen que ser explotadas por la defensa en el juicio. Hoy por hoy, nos guste o no, hasta que no se modifique el código, el estándar exigido por el CPP para estas instancias es el que acabo de decir”, señaló el juez.

La investigación continuará con nuevas declaraciones y las pericias de la Policía Científica sobre los celulares incautados en dos allanamientos realizados en el barrio Marconi. Además, resta identificar si hay uno o dos involucrados más, entre ellos el conductor del vehículo y una persona de la que se encontró material genético en un encendedor encontrado al lado del auto incendiado.