Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron este lunes la identificación del nieto 140, la segunda restitución de 2025. La organización de derechos humanos convocó a una conferencia de prensa en la que detalló el proceso de recuperación de identidad de otro de los hijos apropiados por la dictadura cìvico militar argentina.
“Hoy damos la bienvenida al hijo de Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz, nieto 140”, expresó Estela de Carlotto, presidenta de la organización, al comienzo de la conferencia de prensa. El nieto restituido nació el 17 de abril de 1977 en el centro clandestino “la escuelita” de Bahía Blanca, según se conocía por testimonios de compañeros de cautiverio de la madre.
Su hermana, Adriana, que nació un año antes del secuestro de sus padres, “lo busco desde siempre” junto a sus abuelos, y “continuó la búsqueda cuando ellos partieron”. Adriana estuvo presente en la conferencia, contó que ya tuvo contacto con su hermano y agradeció a Abuelas “por enseñarnos que la búsqueda es colectiva y que tenemos que continuar por estos 300 nietos y nietas que nos faltan a todos”.
“Cada restitución revela de manera irrefutable que la dictadura ejecutó un plan de exterminio que cometió un genocidio”, aseveró Gonçalves y continuó: “Cada nieto viene a confirmar que el Estado terrorista secuestró personas, las mantuvo ocultas en centros clandestinos de detención bajo tortura, las asesinó y desapareció sus cuerpos”, sostuvo.
Asimismo, “hubo un plan sistemático de apropiación de menores, condenando a vivir en la mentira y a sus familias biológicas a buscarlos indefinidamente. Cada restitución de un nieto es también la confirmación de que el trabajo sostenido y colectivo nos permitirá seguir encontrándolos”. Desde Abuelas, exigen la derogación del decreto 351/25, que dispuso la transformación del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), dejándolo en “extrema vulnerabilidad”.
La búsqueda y la familia del nieto 140
Graciela Romero nació el 21 de agosto de 1952 y Raúl Metz el 24 de agosto de 1953, ambos en Bahía Blanca. Se conocieron en la militancia en comedores barriales y juntos ingresaron al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Se casaron y en 1975 nació Adriana. La pareja se mudó a Neuquén, donde el 16 de diciembre de 1977, un grupo de tareas integrado por el Ejército y la policía de la provincia irrumpió en su casa y secuestró a Rául y a Graciela, embarazada de cinco meses.
En 2009, Adriana abrió un blog “en el que le contaba a su hermano quién era, cómo lo buscaba”, relató Manuel Gonçalves Granada, nieto de identidad restituida y miembro de la Comisión Directiva de Abuelas. “Allí le dejó una carta para su cumpleaños y desde entonces, cada 17 de abril lo saludaba con la ilusión de ser leída”, contó.
Abuelas recibió información anónima y a partir del trabajo conjunto con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) consiguieron “reforzar la hipótesis de una posible apropiación, reunir la información necesaria y profundizar en el caso”. El pasado abril, la Conadi contactó al posible nieto, quien accedió a concurrir al BNDG de Argentina. Finalmente, el viernes pasado el Banco comunicó a la Conadi los resultados de las pruebas de identidad.
“Con la restitución del nieto 140 confirmamos, una vez más, que nuestros nietos y nietas están entre nosotros y que gracias a la perseverancia y al trabajo constante de estos 47 años de lucha seguirán apareciendo”, sostuvo Carlotto, quien consideró que el hallazgo “ratifica lo imprescindible que son las herramientas construidas por el Estado y la labor silenciosa de decenas de trabajadores” de la Conadi y el BNDG.
Además, el “acompañamiento de la sociedad que sigue brindando información sobre posibles hijos e hijas de personas desaparecidas y acompañando a quienes dudan de su origen” demuestra que “la búsqueda no puede ser en soledad”, afirmó.
“Una vez más, la verdad arrasadora vuelve a imponerse al olvido y florece la identidad”, expresó Carlotto.