Falleció ayer en Montevideo el profesor Mario Rubens Dotta Ostria, destacado historiador egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) y autor de varios textos que exploran la conformación de la identidad política nacional, así como los vínculos entre el pensamiento artiguista y la Revolución Francesa.
Dotta se graduó como licenciado en Ciencias Históricas en la FHCE en 1994 y obtuvo la maestría en Ciencias Humanas orientada a los Estudios Migratorios en 2003. Fue profesor de práctica docente en el Instituto de Profesores Artigas y estuvo a cargo de la enseñanza de historia contemporánea en la vieja Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (Liccom, actual Facultad de Información y Comunicación), pero estaba especialmente orgulloso de haber ocupado el lugar dejado por Germán D’Elía al frente de la cátedra de Historia Contemporánea de la FHCE.
Sostenía que muchas de las ideas artiguistas podrían haber tenido su fuente en los escritos de pensadores franceses del Siglo de las Luces y creía que probablemente Artigas no se había ido a Paraguay para retirarse de la guerra por la independencia, sino con el objetivo de recomponer sus fuerzas y seguir peleando.
En cuanto a su producción historiográfica, se ha señalado su importante aporte en el conocimiento de los vínculos entre la masonería y la política en el Uruguay del siglo XIX (investigación para la que contó con el acceso a los archivos de la Gran Logia Masónica del Uruguay), así como la importancia de esta relación en la disputa con la iglesia católica y en la conformación de un Estado laico.
Entre sus obras más destacadas se puede mencionar, precisamente, Inmigrantes, curas y masones. En tiempos del general Máximo Santos (2004); Caudillos, doctores y masones: protagonistas en la gran comarca rioplatense (2007); El artiguismo y las vertientes universales (2008); Oligarquías, militares y masones: la guerra contra el Paraguay y la consolidación de las asimetrías regionales (2011). Sobre historia artiguista se lo puede leer en El artiguismo y la Revolución Francesa, de 1991, así como en diversos artículos publicados por la Universidad de la República. Se lo consideraba asimismo una autoridad en historia rusa, y volcó esos conocimientos en un libro publicado en 1999, en medio de la guerra de los Balcanes, que fue publicado por Fin de Siglo bajo el título De octubre a Kosovo. Fin de una utopía.
Defendía apasionadamente la revisión constante de la historia nacional e instaba a escribir la historia reciente “mientras están vivos los actores que la hicieron”, según decía hace cuatro años al diario salteño El Pueblo.
Su fallecimiento fue anunciado ayer por la Asociación Uruguaya de Historiadores en su cuenta de Twitter, y no demoraron en llegar los mensajes de condolencias de alumnos, amigos y colegas.