“Quiero una copla que ruede / cuando ya no ruede yo; / semilla hermana del trigo, / del tabaco y del arroz [...] Polvo será mi guitarra; / mi memoria… cerrazón; / mi nombre, puede que muera; / mi copla… puede que no”. Los versos premonitorios pertenecen a “De tiempo adentro”, de Osiris Rodríguez Castillos, ese artista multifacético con nombre de dios egipcio y autor de un puñado de canciones fundamentales de nuestro cancionero, una obra escueta pero potente que abrió caminos y que nunca dejó de pulir con obsesiva determinación –la novena edición de su poemario Grillo nochero incluye revisiones, 40 años después de la publicación original–.

Respetado y admirado por colegas, gozó de gran popularidad como poeta y compositor en los años 50 y 60 del siglo pasado. Sus canciones fueron interpretadas y grabadas con asiduidad por colegas de Uruguay y Argentina. Con el tiempo su figura fue quedando a la orilla del silencio, pero su aporte a la música popular uruguaya es determinante. “Cuando los poetas y los músicos se ocupan de sus tierras surgen las expresiones culturales. Pero en esa época, la vista y la proa visionaria de los intelectuales estaban puestas en Europa, principalmente en Francia, y tenían menosprecio por nuestras costumbres. Los poetas consagrados no cantaban esas cosas y los músicos se ocupaban de otras, en apariencia, más importantes. Como resultado de esto, había un vacío de canciones. Entonces sentí la necesidad de trabajar para llenar ese espacio”, argumentaba el autor de “Gurí pescador” en una de las tantas entrevistas recopiladas en este trabajo.

Al comienzo de la introducción los autores anuncian: “Cuando se la encara con la seriedad y el rigor necesarios, cada reedición de un libro tiene, en simultáneo, mucho y poco que ver con sus versiones anteriores”. En este sentido, esta versión se diferencia de su antecesora no sólo en la cantidad de páginas, que se reduce a casi la mitad, sino también en un cambio de enfoque hacia lo que consideran que es el aspecto central del personaje: su condición de poeta. “En consecuencia, resultaba poco menos que imperiosa la necesidad de acentuar ese rumbo, si la intención era explicar quién fue y qué hizo este hombre tan necesario como irrepetible de la cultura uruguaya”.

Pero, como advierten los biógrafos, esta edición también tiene mucho que ver con la de 2015. En esencia, el libro respeta y da cuenta de la profunda y rigurosa investigación realizada sobre este poeta, compositor, dibujante, pintor, artesano y lutier uruguayo nacido en 1925. La reducción de páginas no atenta contra el contenido central, porque en gran medida lo que se suprime son historias laterales, como la peripecia de vida del profesor de piano floridense Joaquín Piera, de quien Osiris fue discípulo, o los detalles de un agasajo en Minas, cuando el poeta ganó un concurso en el marco del centenario de Juan Antonio Lavalleja. El relato se concentra en su protagonista, como si se tratara de una sesuda cámara cinematográfica que sigue a su personaje con una distante cercanía. Por otra parte, al igual que su precedente, la reedición incluye fotografías –algunas inéditas– que grafican las diferentes etapas, además de casi medio centenar de testimonios recogidos durante casi una década de investigación.

La infancia en Sarandí del Yi, su paso por Carmelo, las andanzas contrabandistas, los coqueteos políticos, el exilio, los amores, sus desventurados últimos años y, por supuesto, el desarrollo de su vocación artística y su cosmovisión tradicionalista son relatados con pulso novelado y sin concesiones. Si bien una biografía es de alguna manera un homenaje, en este caso no se trata de un canto de honor. El personaje es descrito con luces y sombras, desde sus gracias y humanismo hasta su “indeclinable vocación de ganar enemigos”, como lo definía César di Candia en una entrevista para el semanario Búsqueda del año 1993. Por momentos, esta mirada aparentemente aséptica aporta información complementaria que amplía, dialoga o incluso contradice la versión del protagonista, como cuando confirma el apacible estado del tiempo el día de su nacimiento a pesar de que según él llegó al mundo “en una tormentosa madrugada”.

Rigurosa, informativa, didáctica y sobre todo linda de leer, así es esta edición condensada de A la orilla del silencio, un acierto en la búsqueda de captar el interés de nuevos públicos sin perder profundidad. Sigue siendo una obra fundamental dentro del rubro. “Toda mi escuela es asombrarme: ver las cosas por primera vez. Yo podría verlas 100 veces y cada vez podría escribir sobre ellas algo distinto. Creo que he encontrado la manera de hacerlo defendiendo al gurí que llevo adentro. Un gurí que quedó siempre en las orillas del Yi, donde me crie”, reflexionaba el poeta en 1962; en este sentido, como si se tratara de un juego de muñecas rusas, Pellegrino y Basilago desmontan los diferentes Osiris ocultos bajo la coraza del creador obstinado, introspectivo y medio gruñón hasta dar con su esencia: un niño y su caña de pescar, a la orilla de los sueños.

A la orilla del silencio. Una biografía de Osiris Rodríguez Castillos. De Guillermo Pellegrino y Jorge Basilago. Cuatroesquinas Ediciones. 2021. Contactos para la compra: 099 049 558 y 092 306 766.