En Uruguay se celebra desde 2012 el Día del Trabajador Rural, que cae el 30 de abril de cada año, y, desde 2006, el Día del Trabajador Gastronómico, Barista y Hotelero cada 17 de agosto. Son apenas dos ejemplos entre muchos que reconocen el esfuerzo específico de quienes se dedican a una actividad, y ambos están contemplados por la legislación vigente.

Recientemente, a Gabriel Sosa, escritor, periodista y, claro, editor, le pareció pertinente iniciar los trámites para que nuestro país tenga un Día del Editor, y consideró que la fecha indicada para celebrarlo sería el 29 de setiembre de cada año, día que corresponde al del nacimiento, en 1932, del profesor Heber Raviolo, fundador y director de Ediciones de la Banda Oriental, célebre por su olfato literario y por una dedicación a la literatura que se expresó fundamentalmente en el desarrollo de una colección de títulos que acercaron, durante más de 40 años, lo mejor de la narrativa del mundo a los hogares uruguayos, a un precio más que accesible.

“La idea surgió cuando me enteré de que en Argentina tenían un Día del Editor. Claro que es de esos ‘días’ no vinculantes, tipo el día del alfajor o el día del arquero, no un feriado, sino un recordatorio”, explica Sosa. “La idea es que haya un día señalado para recordar el trabajo del editor (en concreto, de libros) y, eventualmente, a futuro, hacer alguna actividad relacionada. Pero, de momento, la idea es apenas esa: marcar un día del calendario dedicado al oficio de editor”.

Sosa empezó el trámite “muy informalmente” ante la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura, “haciéndole una solicitud a Mariana Wainstein”. “Tengo entendido que el recorrido es largo y rebuscado, y que termina con una resolución con la firma del presidente, así que hay que ser pacientes y seguir el ritmo de la burocracia, que tarda pero llega”, dice.

En cuanto a la elección de la fecha, asegura que siempre le tuvo “mucho respeto a Raviolo como editor, en un país que tuvo varias figuras destacadas en esos puestos”. “Pero el trabajo de Raviolo fue espectacular; le dio forma a la mejor literatura uruguaya de varias décadas, hizo un trabajo ejemplar, tanto manejándose con autores como seleccionando textos para la editorial. El catálogo de la colección Lectores de la Banda Oriental es excelente y abarcativo como pocos”.

En cuanto a las razones para que haya un Día del Editor, Sosa afirma que “sin editores no hay literatura”. En Uruguay, dice, hay “más editores que editoriales”, porque una cosa es el dueño de una editorial y otra el editor (pronunciado en inglés), “el que se ocupa de trabajar un texto y darle forma junto a su autor, asumiendo que este esté vivo y cuerdo”, aunque no son pocos los casos en que ambas funciones, además de otras, son desempeñadas por la misma persona. “En el país hubo y hay generaciones de editores, desde el siglo XIX hasta hoy, con recambios jóvenes en la actualidad. Y, particularmente, es un oficio de amor, nadie puede ser un buen editor si no se enamora del trabajo, que debe ser de las cosas menos glamorosas y apreciadas del universo del libro. Pero bueno, alguien tiene que hacerlo”, asegura.