Este jueves se dio a conocer el fallo del vigesimosexto Premio Alfaguara de novela, uno de los galardones literarios más importantes entregados a una obra en lengua española. Se recibieron 706 manuscritos inéditos, incluyendo 20 de nuestro país, de donde se seleccionaron cinco para que fueran leídos por un jurado presidido por la argentina Claudia Piñeiro. Ellos determinaron que el premio de 175.000 dólares, una escultura de Martín Chirino y la publicación en el mundo de habla hispana fuera para Cien cuyes, del escritor peruano Gustavo Rodríguez (Lima, 1968).

El veredicto del jurado, leído por Piñeiro en conferencia de prensa, decía del texto ganador: Cien cuyes es una novela tragicómica situada en la Lima de hoy, que refleja uno de los grandes conflictos de nuestro tiempo: somos sociedades cada vez más longevas y cada vez más hostiles con la gente mayor. Paradoja que Gustavo Rodríguez aborda con destreza y humor. Un libro conmovedor, cuyos protagonistas cuidan, son cuidados y defienden la dignidad hasta las últimas consecuencias”.

Rodríguez participó de la ceremonia a través de una accidentada videoconferencia, particularmente en lo sonoro, pero pudo agradecer y hablar en primera instancia del título del libro. “La palabra cui, en mi país y especialmente en los Andes, es de uso extremadamente cotidiano. Este roedor tan simpático, que también se conoce como conejillo de indias o cobayo, ha sido durante milenios parte de la dieta diaria de millones de habitantes de este territorio que hoy llamamos Perú”.

“Por eso me alegra que mi título ayude, un poquito al menos, a visibilizar afuera del Perú una gran cultura. La división clasista entre occidente y lo originario es la gran tragedia de mi país y de casi todos los países de Latinoamérica. Que la literatura sirva para ir cerrando esa grieta, tal como lo hacen los artistas japoneses con el oro”.

Consultado sobre la razón de haber escrito una novela sobre la vejez, dijo que se debe a la muerte de personas mayores de su entorno y a la “estela mortal” que dejó la pandemia de coronavirus en su país. “Tengo más claro para qué escribí esta novela. Para que empecemos a hablar de la muerte con más naturalidad, con más frescura y hasta con humor. Creo que el sexo ha tenido demasiado protagonismo al promocionarse como estrella tabú, al menos en occidente, y me parece que de la muerte se habla incluso menos que de sexo”.

“Soy un completo convencido de que cuanto menos se habla de algo directamente, más daño se forja al interior de uno al esquivarlo. Y tenemos que hablar más de la muerte en general, y de la dignidad al morir en particular. Esta etapa me encuentra justamente haciendo balance entre lo que me queda por vivir y lo que ya he vivido, y en este momento me toca pensar en el tramo que viene y en cómo quisiera vivir ese tramo. Me imagino que parte de eso impregna a Cien cuyes”.

Y agregó: “Así como a los objetos los ponemos en trasteros, en depósitos, cuando ya no nos sirven, temo mucho que eso se esté trasladando al ser humano. Eran parte de los temas que quería tocar con esta novela, pero obviamente sin humor no se puede entrar. Es algo tan desagradable, que si no le entramos a través del humor nos genera rechazo”.

Finalmente, Rodríguez mencionó el hecho de haber sido despertado a las cuatro y media de la mañana con el anuncio del premio y lo enganchó con el jueves tan especial que se viviría en Lima, con un paro general con movilizaciones desde los lugares más remotos de su país hasta la capital. “Ha sido el despertar más bonito que he podido tener, en un día que no se augura muy bonito para el resto de mi país, la verdad. Pero la vida está hecha de esas contradicciones, por eso es que esta novela de alguna manera es una tragicomedia. Hay estas dos pulsiones complementarias dándose pelea”.

Consultado sobre qué solución imagina para resolver el conflicto, dijo que habría que retroceder más de 200 años. “Es muy complicado, sobre todo en esta época en que hay una polarización extrapolítica, que vemos no solamente en mi país; la vemos en Estados Unidos, en parte de Europa, en Brasil, en gran parte de Latinoamérica. No sé qué salida... Soy un simple escritor, narrador de historias. Pero me queda claro que la principal salida a largo plazo es considerar al otro a tu mismo nivel y empezar a dialogar con él para tratarlo de entender. Mientras no se den esos mecanismos en nuestro países, pues la salida va a seguir siendo postergada”.

La novela Cien cuyes saldrá a la venta en forma simultánea en España y América Latina el próximo 23 de marzo.