Distrito Manga, el sello editorial de Penguin Random House dedicado a la historieta proveniente de Japón, fue lanzado en los países de habla hispana a fines de octubre. Desembarcó con seis títulos variados, incluyendo un clásico que ya tuvo dos adaptaciones cinematográficas (Old Boy) y apuntando a una variedad narrativa que ha sido la clave para que tantos lectores alrededor del mundo decidieran darle una oportunidad a la lectura de derecha a izquierda.
En los últimos días se sumaron otros dos títulos, que reafirman que en el Lejano Oriente no falta imaginación. Y si uno de ellos les recuerda a una famosísima serie de televisión, no se apresuren en juzgarlo: la historieta no solamente es anterior, sino que también tuvo su pasaje por el cine. Pero no me quiero adelantar.
As the Gods Will, volumen 1
Fue interesante leer este volumen sin tener idea de lo que iba a ocurrir. Por momentos me sentía como ese personaje estereotípico del manga y el anime que reacciona a las sorpresas abriendo los ojos y dando un grito. Pero sin el grito. Es que todo arranca con un adolescente que se queja de lo tediosa que es su vida. Y en la ficción nada presagia tantos males como decir “aquí nunca pasa nada”.
Su asistencia al secundario se desarrolla con total normalidad, intercambiando comentarios sobre mangas y siguiendo con la mirada a la compañera que le gusta. Sin embargo, una barra vertical negra en medio de las páginas comienza una cuenta regresiva, y al llegar a cero, la cabeza del profesor de matemáticas comienza a hincharse para luego explotar en medio de un géiser de sangre (ponga aquí su cara de sorpresa). Inmediatamente después, en el escritorio del profesor se materializa un daruma.
¿Qué es un daruma? Un muñeco sin brazos ni piernas, como si fuera una matrioshka pero sin darumitas adentro. Su aparición no es casual, ya que será el juez de una versión mortal del juego de las estatuas, o el semáforo. Cuando le dé la espalda a la clase, ellos podrán acercarse hasta tocar el botón que termina con la prueba, pero si se mueven cuando los está mirando, morirán.
Si esto les suena, es porque es muy parecido a la primera (y más famosa) de las pruebas de la serie televisiva El juego del calamar, en la que aquellos que se movían en el momento incorrecto eran asesinados a balazos. Tranquilos, que este manga es de 2011 y en 2014 llegó a la gran pantalla de manos del director Takashi Miike. El propio creador de la serie tuvo que reconocer que la historia le había servido de inspiración.
Lo que sigue, sin dar detalles, es un baño de sangre que se suma a la tensión de que la prueba tiene una cuenta regresiva y nadie sabe lo que ocurrirá cuando se acabe el tiempo... aunque no es muy difícil hacerse una idea. Estamos ante un juego de supervivencia y el equipo creativo maneja muy bien los tiempos, aunque de todos los tomos de la editorial, es el que más estira el tiempo como un chicle, al estilo de aquellas jugadas de ataque de Supercampeones que podían durar más que un partido y su alargue.
En este primer tomo habrá un segundo juego, que aumenta las sospechas sobre la psicopatía de sus responsables. El guionista Muneyuki Kaneshiro deja volar su imaginación sabiendo que el dibujante Akeji Fujimura cumplirá con sus pedidos más extraños, volviendo una y otra vez a los géiseres de hemoglobina, que son efectivos incluso con las limitaciones de la historia a una sola tinta.
El cierre lo deja a uno muy enganchado para la continuación de la historia, pero habiendo leído lo suficiente como para sentirse satisfecho de la experiencia.
As the Gods Will, volumen 1. De Muneyuki Kaneshiro y Akeji Fujimura. Distrito Manga, 2022, 224 páginas
Hiraeth, el final de la travesía, volumen 1
Volviendo a aquello de la variedad, esta historia comienza con una jovencita corriendo delante de un camión. Como al comienzo de Supercampeones, pero aquí no es un accidente, sino que ella dice lo más campante: “¡Espérame! ¡Porque ahora voy a morir!”. No la salva una pelota de fútbol, sino un misterioso ser inmortal que la unirá a su entourage mágica.
Ese salto suicida de Mika, inspirado por la muerte de su mejor amiga, también nos dirá mucho de las decisiones gráficas de este esfuerzo único de Yuhki Kamatani (y seguramente un ejército de asistentes). Las páginas 2 y 3 son una splash page, una viñeta única, recurso que se repetirá en otros momentos.
El inmortal que acaba de salvarle la vida, que convenientemente luce como un joven rebelde, está acompañando a una deidad en su último recorrido por Japón, despidiéndose de sus colegas antes de partir al inframundo. Mika se unirá con la esperanza de acompañar a este ser y reencontrarse con su amiga, en un recorrido que combinará los elementos místicos con otros mucho más terrenales, como una anciana que jamás abandonó su pueblo natal y disfruta escuchando los cuentos de los visitantes. El inmortal, mientras tanto, colecciona parejas sexuales pero se asegura de que las separaciones sean en buenos términos.
Los dibujos son un punto alto de esta aventura que combina sentimientos oscuros con bellas imágenes. Serán tres volúmenes que merecerán una relectura en conjunto.
Hiraeth, el final de la travesía, volumen 1. De Yuhki Kamatani. Distrito Manga, 2022, 192 páginas.