En 1493, tras regresar a España de su primer viaje a lo que luego sería llamado América, Cristóbal Colón escribió una serie de cartas comunicando sus viajes. Como se sabe, el navegante partió de España rumbo al oeste esperando llegar a Asia, pero se topó con otros territorios.

La primera de las cartas atribuidas a Colón fue dirigida a la Corona española y tenía, a juzgar por su contenido, varios cometidos. Entre ellos, dar cuenta de que había llegado a nuevos lugares –las islas que bautizó como La Española (luego Santo Domingo), Juana (Cuba) y San Salvador (Guanahaní)– y de que esos territorios eran propicios para su explotación. Hoy se conserva un ejemplar de ese documento en la Biblioteca Pública de Nueva York.

Una versión en latín de esa carta fue enviada a Roma, sede de la Iglesia católica, y desde allí, gracias a las posibilidades de la recién descubierta imprenta, se difundió por las cortes europeas. Ese original en latín permaneció en una colección privada suiza y este jueves será rematada por la empresa Christie’s, que espera subastarla por un precio de entre un millón y un millón y medio de dólares.

“La carta de Cristóbal Colón, con quien nuestra época tiene una gran deuda, sobre el reciente descubrimiento de las islas de la India más allá del Ganges, a buscarlas para las cuales había sido enviado ocho meses antes bajo los auspicios y a expensas del más invencible Fernando e Isabel, soberanos de España; enviado al eminente señor Gabriel Sánchez, tesorero de los dichos serenísimos soberanos; que el noble y erudito caballero Leander di Cosco tradujo del español al latín el tercer día antes de las calendas de mayo de 1493, en el primer año del pontificado de Alejandro V”, dice la presentación original de la misiva.

“La Carta de Colón y los acontecimientos que relata alteraron irrevocablemente el curso de la historia mundial, marcando la apertura de una comunicación sostenida a través del Atlántico y el comienzo de la transferencia brutal pero trascendental de personas, culturas, riquezas, plantas, animales y enfermedades conocidas como la Bolsa Colombina”, aclara Christie’s.

“Navegué hacia las Indias con la flota que me regalaron los reyes ilustres, nuestros soberanos, donde descubrí muchísimas islas, habitadas por innumerables pueblos”, dice Colón en su carta. Más adelante acota: se trata de gentes “extraordinariamente tímidas” y “tan inocentes y generosas” que “parecen tontos”.