Para muchas personas, tal vez cientos de miles, el fin de los primeros gobiernos del Frente Amplio fue un suceso traumático. Mientras la izquierda demoraba su reorganización política tras la derrota de 2019, distintas iniciativas trataron de darle sentido a ese gran fracaso desde lo afectivo. La pandemia que sobrevino a las pocas semanas de iniciado el gobierno del Partido Nacional y sus aliados potenció el despliegue en las redes de estas manifestaciones, pero aun antes de que se decretara la emergencia sanitaria, el 13 de marzo de 2020, ya circulaban memes que apuntaban a una sensación de desamparo; recuerdo especialmente uno que, ante las primeras medidas económicas anunciadas por Lacalle Pou, presentaba la Astoriseñal, es decir, una enorme linterna que, como la de Batman, apuntaba al cielo para pedir el retorno del héroe protector.

Con un estado de ánimo similar, en mayo de 2020 la cuenta Uy_Noma de la plataforma entonces conocida como Twitter publicó una caricatura del escudo nacional en la que la balanza aparecía inclinada, el Cerro de Montevideo estaba en llamas, el caballo era montado por un militar y en lugar del buey había un animal desnutrido. La consigna: “No a la LUC”, aunque todavía faltaban un par de meses para que se aprobara la ley de urgente consideración y para que luego comenzara una campaña que buscó derogar algunos de sus capítulos, y que así consiguió volver a motivar a buena parte de las fuerzas de izquierda y de las organizaciones sociales.

Aunque pasaría casi un año hasta que Uy_Noma diera más señales de vida, el procedimiento de intervenir el símbolo patrio quedó consolidado como el elemento central sobre el que se podía jugar con citas, eslóganes y comentarios del acontecer diario. Visto desde 2024, al borde de lo que podría ser un retorno de la izquierda al gobierno, parece a la vez evidente y extraño que Uy_Noma haya empezado a publicar con frecuencia en enero de 2021, vale decir, en aquel verano en que repuntaba la covid y se cobraba cada vez más vidas, pero las vacunas no llegaban a Uruguay, mientras las autoridades seguían sin tomar medidas. Hoy, cuando por distintas razones ni los gubernistas ni los opositores confrontan el relato oficial sobre el relativo éxito local en el manejo de la crisis sanitaria, repasar lo que publicaba Uy_Noma trae inmediatamente el abril que no se blindó, en contra de lo que aconsejaban los expertos, y nos recuerda con dolor que durante varios días Uruguay estuvo en el tope mundial de muertes por la enfermedad.

Desde hace dos semanas ya no hace falta gastar huellas dactilares contra la pantalla del teléfono para hacer un poco de historia reciente con Uy_Noma, porque el colectivo acaba de editar en forma de libro una antología de sus posteos. Hojear Venían tiempos de libertad no sólo resulta más agradable que andar escroleando, sino que además tiene muchos plus. El más evidente es el diseño, que agrupa y reordena varias de las creaciones originales del grupo. No se trata de un recorrido cronológico, sino de una mirada temática, que tanto explica fenómenos transversales a todo el período 2021-2024 como ayuda a rememorar eventos que, aunque significativos, fueron demasiado puntuales.

A cargo de ese trabajo de contextualización, plasmado en introducciones a cada capítulo y textos para algunos acontecimientos específicos, estuvo un grupo de periodistas jóvenes (Camilo Salvetti, Daiana García, Edward Braida, Enzo Adinolfi, Javier Revetria, Mathías da Silva, Sofía Kortysz, Stephanie Demirdjian) vinculados, en muchos casos, a este y otros medios de comunicación, y al colectivo Mancha. En el núcleo del proyecto permanece el “Equipo Uy Nomá”, que mantiene un estricto anonimato.

Recorrer su trabajo implica repasar no sólo escándalos mayúsculos, como los que rodearon al jefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano y a la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, o a las actuaciones de varios intendentes nacionalistas en sus respectivos feudos, sino también a encontrarse con risibles episodios menores, como los que involucraron a la compra de aviones y ultrafreezers inadecuados, o la publicación involuntaria de imágenes en ropa interior cometida por un malogrado jerarca del Ministerio del Interior. El personaje el Princeso –una encarnación de Lacalle Pou con su amada cabellera algo exagerada– lo atraviesa todo, entre prescindente e irresponsable, pero no son todas apelaciones a lo inmediato: también hay lugar para gráficas que desmontan el manejo de ciertas cifras (como las de empleo) por parte del gobierno, así como alguna que otra defensa de los logros del “astoribergarismo”.

En el prólogo, firmado simplemente por “El editor de Uy Nomá” (en los créditos hay otra pista: “el dandy de Villa Dolores”), se afirma con humor que el proyecto fue uno de los tantos actos de resistencia que comenzaron a articularse en 2020. La adaptación a formato libro de los viejos posteos en X e Instagram enfatiza el carácter de registro inherente a toda publicación atenta a la actualidad, y esta deja clara –mucho más que otros productos de merchandising, que también los tiene Uy Nomá– la persistencia de una sensibilidad que nunca dejó de percibir críticamente lo que ocurrió en estos años de la Coalición Republicana. La acumulación de ejemplos e imágenes lleva al conjunto más allá del mero reflejo de un estado espiritual y le confiere un valor persuasivo inusual.

Venían tiempos de libertad, de Uy_Noma. 134 páginas. Edición independiente.