El jueves, en una ceremonia realizada en la Feria Ideas+ del Parque Rodó, se dieron a conocer los resultados del Concurso Literario Juan Carlos Onetti, orientados a obras inéditas en narrativa, literatura infantil y juvenil, dramaturgia y poesía. En esta edición del certamen organizado por la Intendencia de Montevideo (IM) se habían presentado 620 obras en las distintas categorías.
Los cuatro ganadores reciben $ 100.000 y financiamiento para la publicación de las obras a través de editoriales independientes uruguayas. Las menciones, por su parte, reciben $ 20.000.
Durante la entrega de premios, en la que participó Débora Quiring, directora de Cultura de la IM, se destacó que todos los fallos fueron unánimes.
En Narrativa, el jurado integrado por los escritores Lalo Barrubia, Mayra Nebril y Manuel Soriano escogió como ganadora a California Baby, del salteño Marcos Llemes, conocido por su trabajo en literatura infantil. Su novela Bruno y la nube con forma de dragón recibió el premio a las Letras del MEC en 2020, y, al año siguiente, el Bartolomé Hidalgo.
La primera mención en la categoría fue para la novela Rapaz, del investigador Matías Núñez, que publicó la novela Yugoslavia, en 2014; la segunda mención fue para para Cristales, de Diego Silva Piedra.
En Dramaturgia, el premio fue para Imborrable, de Jonathan Parada. El jurado integrado por Mané Pérez, Joaquín Doldán Lema y Valeria Fontán destacó la obra por “su solidez estructural, extensión, nitidez con que presenta un conflicto dramático que se despliega con fluidez y tensión creciente” y, entre otras cosas, que la propuesta “muestra una alta factibilidad para su realización escénica”.
Recibieron menciones Un estúpido cuento, de José Pedro Irisity, y Algoritmo para escribir poesía, de Camila Diamant.
En Literatura infantil y juvenil, el premio fue para Milagros para Leandro, de Carolina Silva. Se trata de “una novela original e ingeniosa que plantea temáticas relevantes y actuales para la infancia, logrando fusionar muy bien la realidad con elementos fantásticos. La historia se presenta en dos relatos entrelazados, que muestran armónicamente paralelismos entre los sucesos y los personajes, con enlaces y diversos aspectos de la trama muy bien logrados. Los personajes, que viven experiencias transformadoras, están bien estructurados, presentan complejidades psicológicas y narrativas que les otorgan peso, verosimilitud y gracia, incluyendo la presencia de una fauna mitológica local con características especialmente singulares y atractivas”, expresó el jurado conformado por Jacqueline Giménez, Susana Aliano y Sebastián Santana.
Hubo menciones para Cuentos salvajes. Aventuras de animales nativos, de Martín Otheguy, y Promesas en luna de sangre y mar, de Mauricio Cavallo.
En Poesía, el premio fue para El olvido es una fosa común, de Cilvert Leandro Taramasco. “Por medio de los ruidos domésticos y el silencio, quien escribe logra reflejar el hogar, la infancia, los diversos ritos de la familia y la vida. Aquí la infancia es personal, íntima, y a la vez universal”, dijo el jurado integrado por Elbio Chitaro, Domingo Milesi y Magdalena Portillo.
La única mención en la categoría fue para La puerta aparente, de Agustín Arias.