La Comisión del Patrimonio Cultural del Ministerio de Educación y Cultura declaró este jueves Monumento Histórico Nacional la Rambla de los Argentinos de Piriápolis, en un acto en el que participaron autoridades nacionales, departamentales y del municipio. La construcción de la rambla por parte de Francisco Piria fue considerada un elemento central para definir lo que él pensaba como proyecto de ciudad balneario al estilo sur francés. Se terminó de construir en 1915 y se inauguró al año siguiente, junto con el puerto. Se desarrolló para ser la principal vía de transporte de entrada y salida a la ciudad.
Jorge Céspedes, director general de Cultura de la Intendencia Departamental de Maldonado, expresó a la diaria que “es un mérito que debemos reconocer a los vecinos de Piriápolis”, que “el turismo es una faceta de la cultura, una muy importante, es justamente la cultura recreativa, no hay turismo sin cultura ni viceversa, se complementan. Una ciudad como esta tiene que tener cabal conocimiento de que ambas cosas caminan por esta misma rambla, que es la convocatoria desde el plano urbano para que todas las manifestaciones políticas, deportivas y de reclamo transiten por ella. Muchos, con diferentes banderas, lo hicimos”.
Céspedes dijo que el visionario de Francisco Piria construyó la ciudad para la sustentabilidad, y citó como ejemplo el centro agroeconómico que rodeaba al Castillo de Piria, y luego como punto turístico, por las instalaciones propias de ciudades europeas. Habló del monumento como ejemplo de integración: “Es la cintura de la ciudad… que integra al turista con el trabajador”.
Por otro lado, el director dijo que “la tarea que realizó Francisco Piria, dejando de lado todos los obstáculos, es lo que nos confirma que los sueños pueden convertirse en realidad y que hay que soñar para tener logros”.
Pablo Reborido, investigador e historiador, aclaró que lo que se declara monumento es el murallón de la rambla, desde la zona de Zanja Honda hasta la calle Solís y la balconada de Piria, que es el pasaje superior en la Avenida Piria. Fue construido, por un lado, para detener el deslave de las tierras, pero también como un paseo, que según el académico “Piria recomendaba para las tardes de estío, para ver la puesta del sol”. El murallón está hecho con granito de diferentes zonas de Piriápolis. Céspedes y él coinciden en que “no hay una casa del país que no tenga una foto de la rambla de Piriápolis”.