En diciembre la Agrupación Cultura y Arte presentó un proyecto de ordenanza ante la Junta Departamental de Maldonado, en el que propone un marco regulatorio para el arte callejero ante la criminalización y la invisibilización de los artistas. Según Natalia Castello, vocera de la agrupación, la ordenanza aún no entró en estudio.
La Agrupación Cultura y Arte se creó en 2020 en medio de la crisis sanitaria, que condujo al cierre de teatros y a la prohibición de actuar en espacios públicos para evitar aglomeraciones.
Actualmente, está compuesta por 50 artistas del departamento, que encontraron en la figura del sindicato una posibilidad para entrar en diálogo con las autoridades y para reivindicar la posición del artista como trabajador de la cultura.
Los más afectados por la pandemia son los artistas escénicos y callejeros, señaló Castello. El colectivo denuncia que no se repartieron canastas y que se hizo caso omiso a los pedidos de exonerar de tributos o de recibir subsidios de la intendencia.
Desde marzo el colectivo lleva a cabo la campaña “Canasta solidaria para artistas” y el domingo 4 de abril se manifestaron en la Feria de Maldonado, en la que los artistas se vistieron de mendigos y llevaron carteles en los que se leía: “Los artistas tenemos hambre”.
“Tenemos toda la disposición al trabajo y no queremos mendigar, pero es lo que nos obligan a hacer. De otra forma, no surgen propuestas y no hay un proyecto para paliar esta situación”, lamentó Castello.
Si bien los artistas se han reunido con el director general de Cultura de la Intendencia Departamental de Maldonado (IDM), Jorge Céspedes, y con el alcalde de Maldonado, Andrés Rapetti, no hubo una continuidad en el diálogo y no se aceptaron propuestas del colectivo, como la de ofrecer una feria cultural itinerante en alguno de los tres anfiteatros de Maldonado.
La propuesta, comentó Castello, consistía en realizar espectáculos en formato de varieté y de diez minutos. “No hay voluntad política. Quienes toman las decisiones nos dan la espalda”, expresó.
Desde 2018 se suspendió el llamado al Fondo Concursable Pro Cultura, una iniciativa que comenzó en 2007, durante el gobierno de Óscar de los Santos, y que brindaba apoyo a proyectos locales de arte.
El fondo “quedó en una idea partidaria del Frente Amplio y cuando cambió el gobierno se quitó. Según Céspedes, se sacaron porque era una fuente irregular por la que se iba el dinero, pero eso no es cierto, porque quienes lo ganamos tuvimos que rendir cuentas”, contó Castello.
Por otra parte, la vocera señaló que desde 2020 funcionarios de la IDM retuvieron materiales a artistas callejeros y se registraron al menos cuatro hechos de represión policial en la plaza San Fernando de Maldonado, en la peatonal Sarandí, en San Carlos y el último en Piriápolis, donde la Policía golpeó a una pareja que estaba vendiendo artesanías en el espacio público junto a sus hijos.
Aunque durante la temporada los bares y los shoppings estuvieron abiertos, no hubo espacios habilitados para que los artistas pudieran presentarse. “No fue por falta de presencia nuestra, porque hubo reuniones. Pero cada vez que mandamos una carta a la intendencia también se la enviamos al INAE [Instituto Nacional de Artes Escénicas] y al MEC [Ministerio de Educación y Cultura] porque si no, no nos escuchan”, enfatizó la vocera.
“Céspedes fue muy claro y dijo: ‘Vamos a apoyar a los proyectos que queramos promocionar’. Le respondí que su función no es elegir un arte en detrimento de otros. Es el público quien debe elegir a quién quiere ver”, agregó.
Desde la llegada de la pandemia se han hecho pocas excepciones para la presentación de espectáculos en recintos a cargo de la IDM. Una de ellas fue el clásico de Shakespeare Sueño de una noche de verano, dirigido por la argentina Mariana Sagasti, en el Teatro de Verano Magarita Xirgú. El show del humorista Diego Delgrosi y la presentación de la banda Trotsky Vengarán en Verano solidario 2021 -un show a beneficio de merenderos y ONG-, en el Teatro Cantegril, son los otros dos casos.
“Todo bien con hacer shows a beneficio, pero hablamos de nuestra fuente de trabajo. Se nos cierra la puerta a los artistas locales y se les abre a actores y bandas de Montevideo”, reflexionó Castello.