Dice Martín Sosa, director artístico y responsable de La Cayetana, que “después de sacudirse y lamerse un poco las heridas” están listos para la prueba de admisión del concurso de Carnaval 2024. Luego del cimbronazo que significó quedar afuera de la liguilla en el carnaval pasado, la murga de San Carlos volverá este sábado 11 al escenario del Teatro de Verano Ramón Collazo. “No depende de años buenos o malos. Salir es una necesidad hasta física y mental, formamos parte de esto. La murga es nuestra hija y estaba en el deber de todos recuperarse y volver a apostar”, explica Sosa a la diaria, en un alto en el ensayo de la agrupación en la sede del Club Atenas.

La Osa Rafaela también llegará el sábado al Ramón Collazo con el objetivo de clasificar entre las diez mejores agrupaciones, aunque en el caso de esta murga de Punta del Este participar en el Carnaval 2024 sería “el broche de oro” para una década sobre los escenarios del interior, evalúa el director responsable y artístico Matías Ríos desde la sede de AEBU en Maldonado, uno de los sitios elegidos para los ensayos itinerantes de la murga. “Pensamos en los diez años como el límite del título, pero también pasan cosas lindas a la par y surgen proyectos de compañeros que quieren hacerse cargo del título. Nunca digo que es el último año, aunque es una posibilidad porque, si bien trabajo con mucho placer, también genera mucho cansancio físico y mental”, admite.

Conjugar la identidad de una murga del interior con propuestas configuradas para la escena montevideana es un desafío para ambas murgas. Ríos y Sosa coinciden en que esto encierra fortalezas y debilidades, pautadas por guiños entre lo local y lo nacional, y también algunas limitaciones vinculadas con el conocimiento del público sobre los temas de actualidad que exponen los textos.

Para la primera prueba de admisión de su historia, La Osa Rafaela optó por un repertorio que juega con el sentido de pertenencia a Punta del Este y que, al mismo tiempo, muestra a la ciudad desde una perspectiva distinta del balneario turístico de fama internacional. En las letras del espectáculo está el pulso creativo de Ríos, Felipe Castro Lazaroff y Marciano Durán, mientras que en la puesta en escena intervienen Ríos, Óscar Tihísta y Pablo Pinocho Routin.

La Cayetana, nacida para la contienda montevideana, considera que el público plantea un límite que obliga a hablar un poco más de temas nacionales. “Varios años nos pasó que nos recriminaron por hablar mucho de lo que pasa en Montevideo y no tanto de lo que pasa en Maldonado, o viceversa. Pero está claro que, para que la crítica y el humor se entiendan, tanto el espectador como el espectáculo tienen que hablar el mismo idioma”, reflexiona Sosa. Con su espectáculo Motín, el equipo creativo de las hormigas carolinas espera asegurarse su participación en el carnaval capitalino, como desde 2020. Los textos pertenecen a Martín Sosa y Christian Ibarzabal, mientras que en la música inédita se destaca la participación de Pablo Porciúncula.

Ana Laura de León, fundadora de La Cayetana y vestuarista multipremiada, considera que un conjunto del interior tiene la “responsabilidad” de sostener un discurso identitario. Tomar las costumbres de un lugar o la forma de hablar de sus habitantes es parte de “esa defensa de la identidad que hace al carnaval más único e inclusivo”, opina.

La voz de las mujeres

Al pensar en inclusión es inevitable pensar en el papel de las mujeres sobre el escenario. Tras su participación en La voz Uruguay, Camila Montero debuta en el carnaval como una de las presencias femeninas de La Osa Rafaela. En tanto primera experiencia, destaca la contención y la responsabilidad de vivenciar el arte desde un colectivo con características tan particulares como la murga. Incursionar en otras facetas artísticas supone un desafío, un aprendizaje y la capacidad de deconstruirse, cuenta a la diaria.

Reflexiona sobre el papel y la presencia de las mujeres en colectivos mayoritariamente masculinos y celebra que sus compañeros son “un gran grupo” que, en tantos años de trayectoria, “se ha permitido compartir” el arte sin importar el género. “Para mí, eso es un montón dentro de un circuito tradicionalmente machista, y tiene que ver con un enfoque generacional en el que lo que hacemos las mujeres se visibiliza desde otros lugares”, concluye.

Para De León, La Cayetana defiende una perspectiva de género “como parte de la evolución de todo grupo humano”. A su juicio, las murgas tienen la responsabilidad de “identificar, visibilizar y cuestionar la perspectiva de género”. Sin embargo, basada en su experiencia, siente que las mujeres que participan en el carnaval son “privilegiadas”, cuando en realidad deberían sentirse en igualdad de condiciones.

“Todavía no existe una igualdad entre las categorías y en particular en el género murga, aunque sí siento que venimos trabajando mucho como mujeres para lograrlo y para que los varones entiendan la realidad en la que vivimos”, sostiene.

Economía del arte

Llegar a Montevideo también implica redoblar la apuesta en materia económica. Festivales, rifas, bailes y ventas de comida son algunas de las tácticas que despliegan las murgas en su estrategia de generar finanzas para cubrir las expectativas del jurado y de la gente que puede levantar o hundir un espectáculo desde las gradas. En la ecuación también es determinante el respaldo empresarial. La posibilidad de una propuesta con doble público (actuaciones en los escenarios de Maldonado y Montevideo) abre puertas a los espónsores y eso es algo que los directores Sosa y Ríos no pierden de vista, aunque les gusta pensar que, más allá de un interés marketinero, las empresas apoyan a una expresión cultural.

La decisión de intentar con nuevos escenarios y públicos es todo un desafío económico para La Osa Rafaela. “Para salir en el carnaval departamental y en concursos del interior tenemos un presupuesto de 1.000.000 de pesos. Calculamos que la inversión puede duplicarse al salir en Montevideo”, cuenta Ríos, quien se aventuró a la experiencia sin ser muy consciente de lo que implica en términos cuantitativos. Supieron aclararle el panorama algunos compañeros con recorrido previo por la capital, como los exintegrantes de La Clave que ahora forman la batería de La Osa. La Cayetana, en tanto, maneja un presupuesto de 120.000 pesos “rueda a rueda” del Ramón Collazo. El monto debe estar en forma previa a cada instancia y eso implica un trabajo permanente, pero De León asegura que no se plantean la cuestión económica como una condicionante sino como “una consecuencia de” los espectáculos.

Sosa no teme reconocer que la murga tiene un objetivo empresarial. Invierte en los rubros que se consideran en el escenario y también en los aspectos que hacen a la profesionalización y a su patrimonio, como equipos de sonido y una sede propia, aunque por el momento ensayan en el Club Atenas. “Más allá de lo que se monta en un espectáculo año a año, tratamos de mejorar y de crecer como empresa”, dice. Concursar no sólo significa llegar con su espectáculo a la mayor cantidad de gente sino también “quedar mejor parados en lo económico y a nivel grupal”.

Dichos y hechos

Compromiso. Aprendizaje. Familia. Trabajo. Amor. Arte. Pertenencia. Son palabras que engloban el sentir y pensar de las y los murguistas locales que ya palpitan a marcha camión. Van con distintas esencias, diferentes recorridos y un horizonte común: mantener la permanencia de la murga en el carnaval y representar a Maldonado.

En este carnaval no estará presente La Clave, murga que hace más de una década abrió camino desde el interior hacia la fiesta capitalina y que supo erigirse como representante de San Carlos y del departamento ante carnavaleros de todo el país.

Al director responsable de La Osa Rafaela esos antecedentes le generan cierta responsabilidad. “La Clave ha sido la murga número uno a nivel del interior, y es un compromiso y una mochila porque el público espera que una agrupación que va de acá esté buena”, especula. También el director de La Cayetana considera que “no hay otro carnaval tan bien conceptuado como el de San Carlos”, aunque asegura que para la murga esto significa un orgullo y no una carga.

La Osa abrirá la rueda del sábado (sexta etapa de la prueba de admisión) a las 20.30, mientras que La Cayetana subirá al escenario a las 23.10, de acuerdo a la grilla reprogramada a causa del mal tiempo. Salen camiones.