Ni la lluvia ni el viento ni la advertencia de un ciclón extratropical impidieron que más de 200 personas colmaran el Club de Pesca UTE-Antel, ubicado en Las Grutas de Punta Ballena, en la noche de este jueves. Estudiantes, profesionales universitarios, pescadores, residentes extranjeros, vecinos de toda la vida y actores políticos respondieron a la convocatoria de la Red Unión de la Costa, preocupados por el futuro de la península rocosa de Punta Ballena a raíz de un megaproyecto residencial cuya concreción focalizan en el ministro de Ambiente, Robert Bouvier. Paralelamente, cientos de personas del país siguieron la instancia, transmitida en vivo por redes sociales.
El proyecto de poderosos inversores argentinos se encuentra en etapa de “puesta de manifiesto” hasta el 28 de este mes, según confirmó el edil frenteamplista Joaquín Garlo ante dudas de los presentes y propuestas de solicitar una prórroga ante el Ministerio de Ambiente (MA). En este punto el abogado José Luis Sciandro, experto en temas jurídicos ambientales, recomendó “no dejar pasar los días” y aconsejó a la población que ingrese al formulario disponible en el sitio del MA y en las páginas de la Red Unión de la Costa para exponer sus motivos contrarios al complejo residencial, antes de que venza el plazo.
Sciandro también repasó los antecedentes histórico-jurídicos de los terrenos en cuestión, y consideró viable que el gobierno expropie esas tierras para garantizar el tradicional uso público del espacio y la salud de su biodiversidad. Prácticamente todas las personas presentes estuvieron de acuerdo en trabajar para lograr esta expropiación, aunque remarcaron que para esto es imprescindible que antes el ministro Bouvier rechace la habilitación de la construcción en trámite.
René del Castillo, bisnieta del pionero Antonio Lussich, pidió la palabra para reconocer que ella “es parte del problema” porque el Estado expropió las tierras a su familia y luego las privatizó; algo que, en su opinión, “no se debió hacer”. No obstante, también sostuvo que ahora “es parte de la solución” porque trabajará junto a la sociedad civil organizada para protegerlas. “Punta Ballena es un emblema internacional y tiene que volver a ser expropiado”, sentenció.
La concejala frenteamplista del Municipio de Maldonado Irene Pepi Gonçalves intervino para afirmar que “hubo un proceso fraudulento” por parte de la consultora que elaboró los informes del proyecto presentados ante el MA. “Hubo un tema de mala fe sobre quienes dieron una opinión que no era útil a los resultados que ellos buscaban”, comentó inicialmente. Luego enfatizó que los inversores contrataron a la empresa para “generar un informe que es falso, que no puede tomarse como válido”, y adelantó que dejará consignado ese punto en el formulario del manifiesto.
Por otra parte, como buena parte de la concurrencia, la concejala consideró como “punto clave” que “se pague el costo político” y que recuperar las tierras para el dominio público debe ser “la causa mayor”. En ese sentido, sugirió “golpear las puertas necesarias para avanzar en la cuestión de la expropiación. Primero frenar el proceso y luego iniciar la negociación para recuperar” las tierras.
“No es algo que toque solamente a quienes vivimos en la zona. Hay gente de todo el departamento que viene a ver los atardeceres, a pescar, a tomar mate, a pasear el perro, o en su primera cita. Gente que tiene en este lugar un pedazo de su historia, que lo disfruta, y que debe entender que todo está en riesgo”, dijo a su turno Álvaro, un vecino que aseguró moverse en la zona desde hace más de 50 años y que no pudo contener la emoción al recordar sus vivencias allí.
Mateo, miembro del Centro de Estudiantes de la Licenciatura en Gestión Ambiental (Celga) que dicta la Universidad de la República en Maldonado, enfatizó que todo se da en un contexto de “muy mala gestión del ambiente”, tanto en Maldonado como en el resto del Uruguay. “Se aplica un concepto que no es sostenible y que va en contra de la industria turística porque destruye la playa; con esto están destruyendo la imagen país de Punta Ballena. Hay que dejarles claro a las autoridades que cuando hablan de generar fuentes de empleo con estos megaemprendimientos, están afectando nuestra economía”, advirtió, como parte de la postura del Celga sobre el caso.
“El partido se juega en la calle”
Integrantes de la Red Unión de la Costa recordaron ejemplos de que la cartera no suele considerar los informes de sus propios técnicos, ni tener en cuenta las advertencias de la academia sobre los impactos negativos de grandes emprendimientos en la costa. Mucho menos creen que se consideren las opiniones de la población en la puesta de manifiesto. Por ese motivo, se mostraron poco optimistas en cuanto a que Bouvier se oponga a la iniciativa de Punta Ballena, y por eso evaluaron acciones para “ejercer presión” sobre los cargos políticos con poder de decisión.
Con la certeza de que la Sierra de la Ballena es uno de los lugares más icónicos del Uruguay –“una postal al mundo” cuyo valor debería ser defendido dentro y fuera de Maldonado-, resultó unánime la decisión de promover una campaña los más amplia posible para sensibilizar a la mayor cantidad de personas. También evaluaron como necesario que “la presión” se ejerza no sólo a través de las redes sociales, sino también “en las calles”, tanto en la ruta panorámica de Punta Ballena como ante las puertas de la sede ministerial, de ser necesario.
“El partido se juega en lo público y social, porque hasta los técnicos del MA han sido dejados de lado. Hay insumos académicos e informes para reforzar formalmente una posición contraria, pero también es necesaria la participación y la expresión de la comunidad a través de diferentes vías”, consideró Pablo, integrante de la Comisión Vecinal de Las Grutas. Con una maestría en manejo costero y varias experiencias inclusivas para acercar adolescentes a ese espacio como docente de Educación Física, el vecino advirtió que muchos uruguayos no conocen el lugar y que a otros probablemente les queda muy lejos. “Sabemos que hay gente en Maldonado que no conoce la playa, pero tratamos de democratizar el espacio público. Si se privatiza, menos espacio habrá”, sentenció.
En su opinión, “la única forma es hacer notar que esto es un conflicto” y apuntar a una sola persona: “Hay que apuntar al ministro, porque a los técnicos del MA no les siguen las recomendaciones. Es un concepto político y el mensaje tiene que ser claro; la lucha es en la calle”, arengó, desatando aplausos. En la misma línea se expidió el guardavidas e integrante de la Red Unión de la Costa, Nicolás Chacón. “El partido se juega en los medios de comunicación y en el territorio. El acuerdo entre la IDM y los privados depende de que el MA apruebe el proyecto. Me parece que lo mejor es que se caiga todo, que el MA les diga que no y que nosotros salgamos a la cancha. Para eso tenemos que hacer ruido y que nos vean más allá de Maldonado”, opinó.
Otra vecina informó que, a nivel mundial, existen empresas que se dedican a buscar inversores interesados en rescatar espacios ambientales vulnerables, personas que compran tierras para preservarlas del avance de los desarrollos no sostenibles. Entonces comentó que “muy cerca están los CEO de al menos dos empresas” y propuso que los contacten como una alternativa en caso de que falle una expropiación.
Acciones concretas y organizadas
Tras dos horas de una tormenta de ideas mucho más intensa que el temporal que se abatía en el exterior del recinto, los asistentes acordaron la primera de las acciones de un plan de movilizaciones que repercutan en el territorio nacional y también en el exterior. En principio, este domingo 6, a partir de las 16.00, habrá una concentración en la península de Punta Ballena, que finalizará con un toque de tambores a la hora de la puesta de sol.
Esa será la idea de otra movilización, prevista para el próximo sábado 18 de noviembre. Los convocantes sueñan con una instancia masiva, una sentada multitudinaria en la península de La Ballena, con cobertura internacional. “De forma organizada y colectiva, esa manifestación terminará con un espectáculo artístico en Las Grutas”, adelantó Pablo, el vecino profesor experto en manejo costero, aunque todavía no están los detalles de qué artistas participarán.
Con todo, la doctora Isabel Gadino, docente del Departamento de Territorio, Ambiente y Paisaje del CURE, declaró en rueda de periodistas que “lo más importante” es lograr que las personas ingresen al formulario de la puesta de manifiesto del proyecto a expresar sus opiniones, mientras las agrupaciones hacen contacto con diferentes organizaciones nacionales e internacionales para preservar el lugar. “Comentar significa que cada uno puede poner lo que piensa, si está a favor o en contra. En nuestro caso estamos muy preocupados porque es un proyecto que causará unos impactos negativos muy grandes tanto a nivel ecosistémico como a nivel social”, indicó.