El 8 de marzo de 2022 se realizó la inauguración oficial de las obras de remodelación en el Arboretum Lussich, con el objetivo de llevar adelante una “puesta en valor” de la casona, en la cual se pueden apreciar pertenencias de su antiguo dueño, Antonio Lussich.

Las obras, que significaron una inversión de 2.000.000 de dólares, se hicieron en el marco de un proyecto articulado entre la Intendencia de Maldonado y el Municipio de Maldonado con fondos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, la Unión Europea y la Agencia Nacional de Desarrollo.

Entre las remodelaciones que se hicieron, se inauguró un café en el segundo piso del establecimiento, que abarca una de las habitaciones y el balcón. Asimismo, meses después, se agregó en otras salas del segundo piso una tienda de souvenirs y artículos de emprendedores locales. En ese piso también se encuentra el Museo del Azulejo Francés, que cuenta con piezas pintadas a mano que datan del año 1700 en adelante y que, en su gran mayoría, fueron donadas.

Tras las diversas remodelaciones que se hicieron en el museo, el arquitecto y director del Museo del Azulejo de Montevideo, Alejandro Artucio, quien además llevó adelante el catálogo del azulejo en Maldonado, manifestó su preocupación por la falta de piezas en la exhibición permanente del museo, que él mismo donó.

Los azulejos “serían expuestos de forma permanente en vitrinas de madera y vidrio para su seguridad y protección en la planta alta de la casona de Lussich en el Arboretum -Museo Lussich-, según el convenio que hicimos con el (ex) intendente de Maldonado, Domingo Burgueño Miguel”, expresó en la carta. Además de Artucio, el doctor René Delger y el coleccionista Daniel Viñoly también realizaron aportes a la colección.

“Asombro e incomprensión me causó la noticia de que el Museo del Azulejo Francés de Maldonado fue remodelado, pasando de ser museo a decoración de una cafetería”, lamentó. Artucio sostuvo que hace algunos meses el investigador, periodista y quien formó parte de la puesta en valor del museo Yamandú Sabini le comunicó que, por “orden superior”, iban a realizar “cambios” en la presentación de las piezas del museo y que se “incluiría la totalidad” nuevamente.

“Nunca imaginé que no se respetaría la instalación original, retirando las vitrinas y pegando los azulejos directamente a la pared como decoración de una cafetería al alcance de cualquiera que se los quiera llevar, comprobamos que ya faltan algunos”, sostuvo.

Para Artucio, es “incomprensible” que la gran cantidad de azulejos, “siendo piezas de colección muy valiosas”, estén “pegados en la parte exterior de la casona, tan ligeramente al alcance de las personas y fácilmente sustraíbles”.

En la misiva, detalla que una de las piezas faltantes es el Hombrecito del Azulejo, que inspiró al escritor argentino Mujica Lainez para escribir un cuento, y dos figuras más de una serie de cinco azulejos. “Es preciso señalar, además, que faltan más azulejos de los expuestos en el museo original”, indicó.

El arquitecto consideró que la colección está en “peligro” y aseguró que “le llama la atención” que fueran convocadas varias autoridades a la inauguración del parque y museo, pero que el “donante”, es decir, el propio Artucio, no fuera invitado.

Por último, reiteró su rechazo a esta “renovación” y solicitó que las piezas faltantes sean expuestas nuevamente y que las piezas que fueron colocadas fuera de la casona vuelvan a exponerse en el interior, en un lugar “apropiado acorde a su valor”, ya que notó un “deterioro importante” en una de las piezas.

Por su parte, Viñoly fue quien realizó el relevamiento fotográfico y de conteo de las piezas. En diálogo con la diaria, manifestó que el inventario cuenta con 576 piezas de azulejos de “invaluable” valor museístico y de mercado. El coleccionista reiteró que Artucio fue informado sobre la remodelación del museo, sin embargo, manifestó que “nunca nos imaginamos que los azulejos serían sacados de las vitrinas de madera y vidrio”.

Según explicó Viñoly, las piezas, al estar pegadas directamente a la pared con cemento de contacto, son “muy fáciles de despegar”. Por otra parte, aseguró que tampoco hay cartelería que indique la existencia del museo. Remarcó que cuando realizó la recorrida se llevó una “sorpresa” al constatar que el museo había “desaparecido”.

Indicó que las piezas se encuentran sin la iluminación adecuada y están mal ubicadas, ya que los visitantes que optan por sentarse a tomar un café, se “recuestan” en la pared y los tocan con los hombros, situación que puede desgastar la tintura y diseño a mano rápidamente.

En consonancia con Artucio, Viñoly constató que “faltan piezas”, una de ellas del siglo XVIII, mientras que una de las que colocaron fuera de la casona está “rota”. “No se le está dando realmente el valor que tienen, es un disparate lo que hicieron, además de que están en manos de particulares. No se puede creer que Sabini dijo que tiene esas piezas porque sobraron y se las llevó para la casa”, criticó.

Luego de hacer la denuncia pública, Viñoly respondió que hasta el momento no han obtenido respuestas de los jerarcas departamentales.

El director general de Cultura, Jorge Céspedes, aseguró en entrevista con FM Gente que “no hay pérdidas de piezas” y que se “restaurarán las actuales y efectivamente se instalarán en el lugar acordado”. “No hay desmontado del Museo del Azulejo Francés, no hay faltantes de piezas, sólo hay una diagramación nueva, mantenimiento de las piezas y la sustitución de la señalética antigua, que estaba muy deteriorada”, aclaró.

El edil por el Frente Amplio y coordinador de bancada, Leonardo Pereira, cursó un pedido de informes a la comuna para conocer el inventario completo de azulejos franceses.