“La instalación de una planta desalinizadora es la única posibilidad que estamos viendo para afrontar el brutal crecimiento de José Ignacio y zonas aledañas”, dijo a la diaria el gerente de la Unidad de Gestión Desconcentrada (UDG) de OSE en Maldonado, Miguel Corbo. Entiende que “sin esa solución”, habrá grandes problemas de abastecimiento de agua potable “en dos o tres años”.

Las gestiones de la UGD para que el directorio de OSE en Montevideo considere el proyecto comenzaron hace “varios años” y hasta ahora se manejaban “en la interna”. Pero Corbo entiende que el explosivo desarrollo inmobiliario de José Ignacio y la renuencia de las autoridades nacionales a definir una solución ameritan explicar la urgencia del asunto públicamente.

“Hace años que estamos realizando pedidos en la interna de OSE. Ahora explotó José Ignacio y el directorio no da corte, no se anima a meterse en más ruido que el generado con Arazatí”, enfatizó el gerente, a quien el presidente Luis Lacalle Pou designó en su cargo el 20 de agosto de 2021 por “su notoria capacidad” para desempeñarlo. Antes, dirigió la UDG en representación del intendente nacionalista Enrique Antía.

“Cualquiera que recorra la zona verá que está llena de edificios de cuatro o cinco pisos, se habilitan fraccionamientos de 1.500 solares como si nada, está pensada una zona franca cercana a la boya petrolera, y a eso hay que sumar todo el desarrollo que está hacia arriba de la ruta 104, por camino Eguzquiza”, advirtió el jerarca, quien además es empresario de la construcción.

Algunas señales

Varios hechos registrados en lo que va de este verano operan como señales a tener en cuenta.

Corbo contó que las frecuentes lluvias y tormentas registradas en lo que va de la temporada operan como factores que favorecen “el buen estado” de las fuentes de agua del departamento y mantienen a raya el consumo de la época. Sin embargo, dijo que la Laguna del Sauce está abasteciendo a “media La Barra”, además de seguir siendo la proveedora de agua potable para las ciudades grandes como Maldonado, Punta del Este, San Carlos, y para el oeste del departamento.

Por otro lado, la alta demanda al este del arroyo Maldonado movió a la UGD a utilizar camiones cisterna para reforzar los recalques en la Laguna Escondida y Laguna Blanca, porque “las tuberías no acompasan el crecimiento” de la zona.

“El recalque es un tanque con una bomba que presuriza el agua para que vaya más lejos o poniendo más presión. Cuando hay un alto consumo, la tubería no da abasto para llenar ese tanque –cuyo contenido se monitorea por vía satelital– y entonces se completa con camiones cisterna antes de que quede vacío”, explicó.

¿Por qué una desalinizadora sería la “única salida”?

El plan de los técnicos de la UGD es instalar una planta desalinizadora que extraiga agua del océano Atlántico y la vuelque al sistema de Laguna Blanca a razón de 1.000 metros cúbicos por hora. Según Corbo, con esto se puede “atender las necesidades actuales y algo a futuro”, con la idea de ampliarla de forma paulatina, ya que el mar es un recurso “infinito”.

El proyecto plantea que este primer módulo se ubique en el predio de la planta de Laguna Blanca, porque el de Laguna Escondida (la otra fuente para la zona) no tiene las dimensiones requeridas. Tampoco descarta la opción de “expropiar tierras más cerca del mar, pero no en la playa”, amplió el gerente.

La compra de la desalinizadora insumiría unos diez millones de dólares, a lo que se suman las obras civiles necesarias para la toma de agua y la conexión al sistema. Corbo resaltó que, “si no hay dinero para poner toda la inversión junta, se puede traer el módulo, que es como un contenedor, y de a poco ir preparándolo para poner la planta en funcionamiento”.

Esta “es la única salida”, porque las lagunas Blanca y Escondida son recursos finitos, la población crece y el cambio climático expone a situaciones como la generada en la zona metropolitana debido a la sequía en 2023. “El presente es agua dulce y de lluvia, pero si no llueve no tenemos agua para potabilizar”, recordó. “Tampoco sería viable llevar tuberías desde Laguna del Sauce para reforzar” hacia el este.

“Por ahora, el sistema se mantiene con las lagunas Blanca y Escondida, con los recursos humanos que son fundamentales, por lo aguerridos y por el tiempo que destinan voluntariamente. Pero esto no puede durar más de tres años. A esta velocidad, si se mantiene el ritmo impresionante de nuevos emprendimientos, José Ignacio será un Punta del Este en cualquier momento”, vaticinó.