La Comisión de Obras de la Junta Departamental de Maldonado tiene a estudio, desde esta semana, un pedido de anuencia del intendente Enrique Antía para llamar a una licitación en régimen de iniciativa privada para la construcción y explotación comercial de un teleférico y servicios anexos en el cerro Pan de Azúcar, “por un plazo de 30 años”.

El proyecto Teleférico Mirador Cerro Pan de Azúcar pertenece a Circotec SA. Su dueño es el empresario y político hispano-estadounidense Roque de la Fuente, quien llegó a Punta del Este hace 20 años para desplegar múltiples negocios que incluyen concesiones para la explotación de varios paradores costeros (ver recuadro).

La iniciativa se proyecta en espacios públicos del cerro Pan de Azúcar, exceptuando la Estación de Cría y Fauna Autóctona ubicada al pie, indica el expediente de 90 fojas al que accedió la diaria. Fue planteada oficialmente a la Intendencia de Maldonado (IDM) por el representante de la firma, Eduardo Zaldívar Torres, en junio de este año. Tres semanas después, el 19 de julio, se abrió el sobre que contenía la iniciativa privada para la “construcción, puesta en servicio, operación y gestión del sistema de transporte de personas por cable” y la explotación de áreas comerciales.

Impacto “sostenible” y publicidad “amigable”

Al detallar las características del emprendimiento, Circotec SA señaló que el teleférico vaivén tendrá cabinas con capacidad para “entre 10 y 15 personas con asiento” y que “una empresa europea se encargará de la fabricación y montaje de equipamiento imprescindible en el proyecto”. La iniciativa incluye miradores, senderos señalizados y descansos, un centro de interpretación, y actividades vinculadas al ecoturismo (menciona una plataforma de tirolesa y escaladas “en acuerdo con rescatistas de la zona”).

Por otra parte, plantea la remodelación “del parador existente” para la explotación de áreas gastronómicas y cafetería, otro parador de 300 metros cuadrados en la cima del cerro, tiendas de souvenirs y productos locales, y una galería de arte. La propuesta comercial también comprende la explotación de derechos publicitarios “amigables con el entorno”, que se ubicarían en la cabina del teleférico o en los establecimientos de la concesión.

Circotec SA asegura que instrumentarán “medidas preventivas, correctoras y compensatorias para minimizar del impacto ambiental” durante la construcción del proyecto y posteriormente. También afirma que “todo contará con las autorizaciones y permisos correspondientes”.

En el documento asume que las obras provocarán “eventuales movimientos de suelos”. Además, al detallar las inversiones, menciona la “iluminación de la cruz” por un monto de 35.000 dólares. No obstante, señala que “el proyecto privado pretende tener un impacto sostenible, promoviendo un turismo sustentable y la economía departamental, dinamizando la zona oeste del departamento”.

Así, propone “incrementar el flujo turístico, generar empleo, y desarrollar actividades recreativas y educativas que resalten la importancia ecológica y cultural del Cerro Pan de Azúcar, respetando y preservando el entorno natural”.

Ingresos anuales cercanos a 3.000.000 de dólares

Antía aprobó la iniciativa el 28 de octubre, citando un informe favorable del coordinador de Gestión Ambiental Carlos Medina y otro de la Comisión de Iniciativas Privadas, integrada entre otros por el director de Recursos Humanos y Administración y candidato a la IDM, Miguel Abella.

El primero señala que el proyecto es “beneficioso” y el segundo recomienda delimitar el área de implantación (ya que sólo menciona “los espacios públicos”) y solicitar autorizaciones a los organismos correspondientes. Ambos proponen pedir el estudio de factibilidad al proponente y continuar con el procedimiento administrativo.

El estudio de factibilidad quedó anexado al expediente el 9 de diciembre pasado. Con sus nueve fojas, en las que se desarrollan tres análisis (de mercado, técnico y financiero).

Circotec SA estimó una inversión inicial de 7.814.000 dólares para la compra, implantación y puesta a punto de maquinaria y equipos de última generación y para “los edificios necesarios para los servicios anexos”. La inversión en maquinaria y equipos “de última generación” sería de 4.5 millones de dólares, mientras que la implantación y la obra civil del teleférico insumirían poco más de 1,3 millones de dólares.

En el capítulo de análisis de mercado, calculó un total de 121.600 visitas anuales, con una demanda potencial de 70% de adultos y un 30% de menores de edad para el servicio del teleférico. Sobre esa base, la empresa prevé cobrar un acceso de diez dólares para los grandes y ocho dólares para los chicos (fijados en pesos uruguayos). Los ingresos por este concepto serían de 1.331.000 dólares por año.

El análisis también estima que 35.840 personas visitarían cada año los servicios anexos (gastronomía y tienda de souvenirs), con gastos estimados de 50 dólares por cada mayor y de 25 por menor. Por lo tanto, concluye que el ingreso total por este concepto sería de 1.523.000 dólares.

A esto se agregan 37.000 dólares de ingresos por un “evento social anual” para 250 personas, con entradas a 150 dólares. El total final de ingresos estimados por año es de 2.854.820 dólares.

Una lista de condiciones para la IDM

A partir del estudio de factibilidad, Circotec SA pidió una concesión por un plazo de “30 años prorrogables” y ofreció pagar un canon “equivalente al 5% de la venta bruta de entradas para el teleférico” a partir del decimoprimer año de la concesión.

Para desarrollar el proyecto, la firma planteó a la IDM varios requisitos: que le conceda “el uso de los espacios de dominio público necesarios”, que prohíba las actividades comerciales “en un radio de 500 metros de la cima del cerro” y que se encargue de la remoción de “instalaciones ubicadas en la cima” que estén “en desuso o en infracción”.

La IDM también tendrá que “crear y ampliar” estacionamientos, proveer energía eléctrica, exonerar a la firma de tributos y precios departamentales, y darle su “apoyo para la obtención de beneficios fiscales nacionales”.

Además, Circotec SA puso como condición que la IDM restaure la cruz ubicada en la cima (cuya estructura de 30 metros de altura está deteriorada) y su entorno, y que acondicione la caminería de acceso. Antía ya anunció esas obras, hace unos meses, como parte de “un viejo anhelo de su administración para democratizar el ascenso”.

Trámite exprés para un proyecto “rentable”

Apenas tres días después de que se anexara al expediente, el estudio de factibilidad de Circotec SA consiguió el informe favorable de la dirección de Hacienda de la IDM. “Desde el punto de vista económico, las proyecciones presentan una fundamentación razonable y evidencian la rentabilidad del proyecto”, comienza el texto.

Agrega que “el procedimiento adecuado para garantizar la transparencia” es la licitación pública en régimen de iniciativa privada, por lo cual, al amparo de la Ley 17.555, el proponente tendrá una compensación de “entre 5 y 20%” sobre el valor que oferte.

Al día siguiente, el viernes 13, los integrantes de la Comisión de Iniciativas Privadas firmaron un informe en el que se limitaron a sugerir el avance del procedimiento de acuerdo a la Ley 17.555, teniendo en cuenta “las actuaciones precedentes”.

Un rato después, el secretario general Luis Eduardo Pereira y el intendente Antía firmaron la resolución de pase de las actuaciones a la Junta Departamental. El expediente ingresó este lunes 15 al legislativo y ya está consideración de los ediles de la Comisión de Obras, a pesar del receso de verano.

Todo indica que se convocará a una sesión extraordinaria del plenario para aprobar el expediente “en breve”, señalaron fuentes de los diferentes partidos a la diaria. Circotec SA estimó que la construcción del teleférico le llevará ocho meses y que la ejecución y puesta en marcha de la instalación demandará 16. Dentro de la proyección y planificación de obras, la “inauguración y apertura al público se fijaría para 2026”.

Roque De La Fuente y sus 20 años de expansión empresarial en Punta del Este

Desde que llegó a Punta del Este, en torno al 2004, el multimillonario empresario y político estadounidense Roque de la Fuente Guerra comenzó a desplegar múltiples negocios inmobiliarios, gastronómicos y de entretenimiento. Acá le dicen “el Mexicano”, pero mexicanos son sus padres; él nació hace 70 años en San Diego, California, donde lo apodan “Rocky”, y ha fracasado en su intento de llegar a la presidencia, unas veces por los demócratas y otras por los republicanos.

En las últimas décadas compró antiguos hoteles y locales en galerías de la península, aunque quizás sea más conocido como propietario en el edificio El Torreón: allí tiene apartamentos, locales comerciales y también el piso 24, donde su hombre de confianza Eduardo Zaldívar es gerente de su restaurante giratorio La Vista.

De la Fuente es, además, concesionario de varios paradores costeros con Circotec SA desde 2011. Actualmente, es concesionario del que está ubicado en la Parada 1 de Playa Brava (ganó la licitación por diez años en 2016) y también del parador localizado en Playa Honda de Isla de Gorriti (ese lo consiguió en 2017, también por una década). Mucho antes, en 2011, el intendente Óscar de los Santos le aprobó una iniciativa privada para gestionar el parador de Los Dedos.

Las resoluciones publicadas en la web de la IDM muestran que Circotec SA ha sido multada varias veces: unas por vender entradas sin troquelar en un par de fiestas, otra por ruidos molestos, una más por transportar alimentos hacia un parador en un vehículo sin habilitación higiénica. Nada que melle las finanzas del multimillonario: las sanciones siempre oscilaron entre los 8.000 y los 16.000 pesos.

Nada que altere sus planes de seguir expandiendo sus negocios en Maldonado.