El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, el director nacional de Policía, José Manuel Azambuya, y el jefe de Policía de Maldonado, Erode Ruiz, supervisaron este jueves, en la cárcel de Las Rosas, “la mayor requisa preventiva del interior del país”, según definió el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza.

A las 6.30 comenzó el despliegue de 290 efectivos del INR, la Guardia Republicana, la Jefatura de Policía de Maldonado y la Dirección Nacional de Bomberos en el establecimiento, que aloja a un total de 1.156 personas privadas de libertad: “1.068 hombres y 88 mujeres”, precisó Mendoza en una rueda de prensa.

El operativo fue diseñado por la Dirección Nacional de Policía con “una misión muy bien detallada que dio un muy buen resultado”, en tanto “no hubo incidentes más allá de los problemas normales de una cárcel”.

La intervención reportó el hallazgo de 47 blísters de medicación controlada, 87 celulares, 300 cortes de diferentes dimensiones, una balanza de precisión, 67 litros de bebida fermentada, siete paquetes de “sustancia vegetal” y 15 de “sustancia blanca”, además de 247 prendas de vestir de colores que no están autorizados (negro, verde, azul oscuro, gris) porque son similares a los que usan las fuerzas de seguridad, detalló Mendoza.

El director destacó la magnitud de la incautación de cortes, en el marco de un trabajo nacional para reducir la cantidad de personas lesionadas o muertas en las cárceles por conflictos internos. “Estamos trabajando muy bien para disminuir los problemas de convivencia y preservar la integridad física de los internos y también de los funcionarios que trabajan en la cárcel”, enfatizó.

En el marco del plan de seguridad de las cárceles, Mendoza informó que Las Rosas ya instaló uno de los cuatro escáneres de cuerpo –similares a los empleados en los aeropuertos– para minimizar la entrada de elementos no autorizados. Por otra parte, dijo que se está implementando un sistema de prevención de incendios dentro del establecimiento, para facilitar la respuesta inmediata antes de la llegada de Bomberos.

Superpoblación y hacinamiento

El operativo se instrumentó en Maldonado teniendo en cuenta la cantidad de personas privadas de libertad en la Unidad 13, que duplica las plazas para las que fue diseñada. “Reconocemos que tenemos un problema de superpoblación, no se puede tapar el sol con una mano. Es una cárcel importante, se ha hecho mucho procedimiento en Maldonado y no sólo tenemos que centrarnos en la zona metropolitana”, dijo Mendoza.

De todas maneras, sostuvo que el hacinamiento se da en “algunas zonas” del establecimiento, ya que “existe un gran trabajo” técnico y de progresividad de alojamiento en función de la conducta de los internos.

“Además del celdario, hay locales de la vieja cárcel que fueron adaptados. A medida que estudian y demuestran voluntad de salir adelante y hábitos de trabajo, las personas van cambiando de local hasta terminar en la chacra, que está casi libre”, explicó el director del INR. “Tenemos que luchar con el enemigo número uno, que es el ocio, para dar la posibilidad que puedan rehabilitarse”, acotó.

Mendoza reconoció, por otra parte, la necesidad de más personal. En ese sentido, dijo que algunos de los 115 estudiantes del Centro de Formación Penitenciarios que egresarán dentro de cuatro meses serán designados para reforzar esta unidad.