La olla popular denominada La carpa del pueblo surgió para apoyar a las personas con dificultades económicas en Piriápolis y alrededores en los meses de invierno. “El departamento de Maldonado atraviesa una situación de poco trabajo y con gente a la que los ingresos económicos no le alcanzan. Entonces nos organizamos y empezamos a conseguir comestibles”, dijo a la diaria el referente vecinal Óscar Calistro, escultor y docente de arte de la localidad.

Alguien prestó una carpa grande que instalaron en la avenida Artigas y Cerrito, cerca del cerro Pan de Azúcar, con autorización del Municipio de Piriápolis. El terreno es un baldío municipal donde se ubicaron baños y se realizaron conexiones a la red de energía eléctrica. “Esto fue votado y aprobado en el municipio por todos los concejales para que pudiéramos funcionar de manera adecuada”, destacó Calistro.

Desde entonces, la agrupación vecinal cocina y sirve comidas los martes, jueves y sábados, entregando 100 platos en cada jornada a partir de las 19.00 horas. No sólo asisten personas en situación de calle, que en el balneario son unas 35. También están quienes trabajan, pero no logran cubrir sus necesidades básicas.

“En Piriápolis no tenemos gente con muchísimo dinero, la mayoría de los pobladores es gente de trabajo que no está muy bien económicamente, mientras que otros trabajan con ingresos insuficientes”, dijo Calistro. Así que la olla está planeada para funcionar durante todo el invierno, adaptándose a las necesidades cambiantes de la comunidad.

La elaboración de los alimentos comienza al mediodía, y eso también incluyen tortas fritas que los organizadores venden “a voluntad” del comprador. Además de la comida, La carpa del pueblo distribuye ropa de abrigo y productos esenciales aportados por vecinos y comerciantes locales. Incluso han recibido tortas, turrones y muchas frutas.

Los vecinos consideran que están ayudando a “un número importante de personas, para una ciudad chica como Piriápolis”. Por eso entienden que tomaron la decisión acertada y que realizan una tarea relevante para su gente. “La solidaridad existe y atraviesa a todas las clases sociales”, remarcó Calistro.

De todos modos, recordó que en Piriápolis no existe ningún refugio del Ministerio de Desarrollo Social. El año pasado hubo intentos para instalarlo en el hotel Alcázar, pero a raíz de protestas de operadores turísticos del balneario se acordó alejarlo de la zona céntrica y trasladarlo a la zona el Cerro del Toro. Finalmente, “el tema del refugio para el balneario no salió”, lamentó.