El hogar Ginés Cairo Medina, una de las instituciones más apreciadas de Maldonado por la atención que brinda a personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad social, cumple este mes 51 años de funciones ininterrumpidas. Sin embargo, el aniversario lo encuentra en mal momento: la asociación civil que lo maneja hace malabares para atender la calidad del servicio que brinda a los 38 residentes y observa, con preocupación, la falta de recursos económicos para afrontar una necesaria refacción de las instalaciones.

Así lo señaló la delegación que, semanas atrás, fue al Parlamento a defender la subvención que percibe del Estado, fijada en 480.000 pesos anuales en el proyecto de ley del presupuesto nacional. A esto se suman 150.000 mensuales que aporta la IDM “a cambio de la institucionalización de personas”. De todas formas, las cuentas no cierran.

De los 38 residentes, 19 ingresaron a través del Programa Cupo Cama del Banco de Previsión Social (BPS), que paga 47.000 pesos por persona. El resto de los ingresos es por pensiones o jubilaciones. Lo más complejo es un balance negativo “de 800.000 pesos al cerrar el mes de julio”, dijo la encargada del hogar, Verónica Acosta.

En invierno, la asociación gasta 7.000 pesos mensuales en calefacción a leña, 20.000 en calefacción eléctrica y 70.000 en gas para las estufas colocadas en el pasillo y para la cocina donde elaboran los alimentos. Asimismo, se invierte en secarropas a gas y eléctrico, dado que “al ser tantas personas se necesita algo industrial”.

Aunque reciben una partida de alimentos secos por parte del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), es insuficiente. No son suficientes los 40 kilogramos de leche en polvo que llegan cada cuatro meses: en el hogar se consumen 25 kilogramos por semana. Otro tanto ocurre con la harina. Además, la asociación se propone ofrecer una alimentación balanceada que también contemple los requerimientos de internos con diabetes, hipertensión u otras patologías.

Capacidad ociosa sin chance de ser cubierta

La casa tiene 21 dormitorios con capacidad para 60 personas, lo cual no es un hecho menor en un departamento donde escasean los residenciales para adultos mayores que cumplan la normativa. Pero cubrir todos los cupos es una posibilidad lejana: “La cantidad de funcionarios sería enorme y no se podría costear”, dijo Acosta.

La asociación civil cuenta con 30 funcionarios y un equipo multidisciplinario conformado por nutricionista, asistente social, enfermeras, equipo de cuidados, cocineros y auxiliares de cocina. Sin embargo, la rotatividad del personal contratado incrementa los gastos mensuales porque, como se sabe, a cada renuncia corresponde una liquidación.

Por otra parte, el edificio se deterioró al cabo de 50 años en pie. En sus 16 baños, por ejemplo, las cañerías se rompen con frecuencia y el mantenimiento es oneroso. En 2023, la asociación presentó al BPS un proyecto para arreglar cinco baños, pero todavía no lo consiguió.

Paralelamente, se colocaron “bocas de incendio y luces de emergencia” en los dormitorios como parte de los requisitos para obtener la habilitación de Bomberos, este año. En la maraña burocrática va y viene la documentación presentada hace dos años para la exoneración de tasas y para capacitaciones a las que se postularon ante el Ministerio del Interior (MI).

“No hemos podido enfocarnos en la parte edilicia porque el dinero no nos da y la prioridad es mantener la calidad del servicio que brindamos”, alegó Acosta.

Abella en la escena

Esta fue la situación que le transmitieron también al intendente de Maldonado, Miguel Abella, quien el lunes pasado visitó el hogar junto con la subdirectora general de Políticas Sociales, María José García.

Tras ese encuentro, dijo en una rueda de prensa que buscará inversores para el hogar porque la asociación civil no está en condiciones de mantener las instalaciones.

“Una cosa es mantenerlo como hacen hoy y otra es invertir para tratar de acondicionar la infraestructura, y vamos a tratar de encarar por ese lado para ayudar”, expresó. Aunque no entró en detalles, dijo que las inversiones podrían llegar “dentro de los proyectos que se están llevando adelante o presentando en la IDM”.