En el marco del Plan Integral de Recuperación de Costas, desde 2017 la Intendencia de Maldonado (IDM) colocó geotubos y mantas antisocavación en la playa Mansa de Punta del Este y en otras zonas costeras del departamento. La medida buscó evitar la desaparición de las dunas y proteger las pasarelas de madera, cuyos pilotes de anclaje eran afectados por temporales de viento. La inversión total del procedimiento fue de 450.000 dólares, según detalló en su momento el director general de Gestión Ambiental de la IDM, Jorge Píriz.

Sin embargo, tras el temporal del lunes 23 de junio, que causó daños en la zona costera, los geotubos –contenedores tubulares de geotextiles de alta resistencia– quedaron expuestos entre las paradas 1 y 3 de la Mansa.

La directora de Medio Ambiente, Virginia Villarino, informó a la diaria que, si bien los dispositivos cumplieron la función de evitar que “el agua llegue a las infraestructuras que están detrás, como la pasarela y la rambla”, es necesaria una obra de mantenimiento. Por lo tanto, junto con el Ministerio de Ambiente (MA) pondrán en marcha un plan que, entre otros puntos, implica “cambiar los geotubos deteriorados”.

La IDM tiene “metros de geotubos en reserva” para realizar una reposición en función de la evaluación, que comenzó al día siguiente de la tormenta y aún continúa, para determinar la cantidad de geotubos necesarios. “Si bien los afectados son los que están más próximos al agua, hay dispuestos en varios niveles”, amplió la jerarca.

Explicó que los geotubos deteriorados serán retirados y que, de forma manual, “se sacará el geotextil y se colocará uno nuevo”, en un proceso que será “de corta duración”. En el caso de los geotubos que son afectados “asiduamente” por las tormentas, se evaluará “la forma de cambiarles el diseño o de localizarlos en otro lugar”.

Tarea en suspenso por falta de presupuesto

Por el momento, no se ha definido cuándo se llevará a cabo la tarea: es necesario esperar al cambio de mando en la IDM, el próximo 10 de julio, para saber cuánto dinero se asignará para ello, aclaró la directora.

Sobre los daños en las costas, dijo que “esta zona de la Mansa es la más afectada porque incidió el oleaje”. Las estructuras de madera de acceso a la playa que fueron arrastradas por el mar también “están dentro del plan de reposición”.

La evaluación de los daños costeros implica, además, determinar si conviene colocar cercas captoras o enrocados. El objetivo es “identificar en qué zonas hay que tomar medidas y cuáles”, ya que depende de la dinámica de cada playa.

Villarino recordó que, para prevenir los daños que pueda causar el oleaje durante los temporales de alta magnitud, la IDM “colocó [en 2018] cercas captoras para atrapar arena y generar una duna primaria que proteja”. Sin embargo, actualmente el uso de ese mecanismo está en evaluación.

En algunas playas quizá es mejor colocar cercas captoras, pero “para eso tiene que existir arena voladora disponible y una distancia prudencial del oleaje; mientras que en otras playas la medida que mejor resultados puede dar es la colocación de geotubos, de enrocados u otras opciones”, concluyó.