Sérgio Moro comenzó a construir su perfil partidario. Si bien no anunció su candidatura a la presidencia, todo indica que su intención es postularse en las elecciones que se celebrarán en octubre del año que viene. El exjuez y también exministro de Justicia y Seguridad Pública se afilió este miércoles al partido derechista Podemos, que lo aclamó como su candidato, y dio un discurso en tono de campaña electoral.
Moro, de 49 años, dijo que “hay otros nombres” en la política brasileña para construir una “tercera vía” ante la polarización que existe entre el presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, pero agregó: “Si fuera necesario asumir el liderazgo en este proyecto, mi nombre siempre estará a disposición del pueblo brasileño. No huiré de esta lucha, aunque sé que será difícil”. Unas 700 personas que lo escuchaban le respondieron al grito de “Brasil defiende a Moro presidente”, según informaron el diario Folha de São Paulo y la agencia de noticias Efe.
“Este no es un proyecto personal de poder, sino un proyecto de país”, dijo Moro. En su discurso intentó capitalizar su pasado como juez a cargo de la operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a Lula cuando encabezaba las encuestas en las elecciones de 2018 y que catapultó a Moro al megaministerio de Justicia y Seguridad en el gobierno de Bolsonaro.
Si bien su actuación como juez al frente del caso Lava Jato fue muy cuestionada –algunos de sus fallos fueron anulados y tribunales superiores concluyeron que no actuó con imparcialidad–, Moro aludió a esa etapa de juez ante sus seguidores. Propuso crear un tribunal nacional anticorrupción y lanzar una “operación especial” con la creación de una “fuerza de tarea de erradicación de la pobreza”.
“Basta de corrupción, basta de mensalão, basta de petrolão, basta de rachadinha”, dijo, aludiendo a casos que involucraron al Partido de los Trabajadores de Lula o a Bolsonaro, a quien acusó de haber boicoteado su trabajo como ministro. En su discurso, Moro también defendió el libre mercado y la privatización de empresas que no fueran eficientes.
La antipolítica de Moro
Para aumentar el tono de campaña, antes de su discurso se presentó el lema “Por un Brasil justo para todos” y un video con un narrador que decía: “Moro quiere escribir una historia que todos queremos, un país que quiere caminar con justicia, tener escuela y universidad, tener un techo para vivir”. Presentó al exjuez como una figura que está “contra la corrupción” y es ajena a la “política tradicional”.
También Bolsonaro se refirió al lanzamiento de Moro: “Uno ahora entiende mejor las cosas. Él siempre tuvo un propósito político. No tengo nada en contra, pero lo hizo de forma camuflada”. A su vez, Lula dijo que esto demuestra, una vez más, que él tenía razón: “Ya quedó claro que fui víctima de la mayor mentira judicial que se ha visto en la historia de Brasil”.
Según citó Efe, Gilmar Méndez, integrante del Supremo Tribunal Federal, dijo que los métodos cuestionados al juez “ahora se ve que convergían para un propósito claro y político que hoy se revela: demonizar el poder para apoderarse de él”.
Otras campañas
Con su voluntad de competir por la presidencia ya declarada, Bolsonaro también se prepara para 2022. Este miércoles el presidente recibió la buena noticia de que la Cámara de Diputados aprobó la posibilidad de aumentar el techo del gasto en año electoral, lo que le permitirá al gobierno financiar el programa de subsidios a los más pobres llamado Auxilio Brasil, que se prevé que abarque a 17 millones de familias. Sólo falta que el Senado también apruebe la iniciativa.
En cuanto a lo partidario, el presidente, que no pertenecía a ninguna organización política desde hace exactamente dos años, cuando abandonó el Partido Social Liberal (PSL), prevé unirse al derechista Partido Liberal, lo que le permitiría contar con legisladores de su propia fuerza política. Ese partido, además, es uno de los mayores entre los que apoyan a Bolsonaro en el Congreso, señaló CNN Brasil. El propio presidente anunció que el acuerdo está prácticamente cerrado y que se podría unir en cualquier momento a esa organización política.
Bolsonaro fue electo por el PSL, pero desde que se fue de este sector político tiene aliados de distinto signo, pero no un partido propio. Por su parte, Lula, que todavía no oficializó su candidatura y dijo que va a decidir al respecto en febrero, sigue siendo el claro favorito en las encuestas. Ronda el 50% de apoyo frente a 35% de Bolsonaro. La candidatura de Moro cuenta con el respaldo de 10% de los votantes, según los sondeos. Con esos números, Lula podría incluso ganar en primera vuelta si las elecciones fueran hoy.