La canciller de Alemania, Angela Merkel, le pidió este miércoles al presidente de Rusia, Vladimir Putin, que interceda para resolver la crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia con varios países de la Unión Europea (UE), principalmente Polonia, pero también Lituania y en menor medida Letonia, donde desde hace meses miles de personas están viviendo en campamentos improvisados en condiciones muy precarias y soportando muy bajas temperaturas a la espera de poder ingresar a territorio comunitario.
Los dos líderes hablaron por teléfono y, según el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, Merkel –que se encuentra en sus últimas semanas como jefa de Estado– aprovechó la conversación para denunciar la “instrumentalización” de los migrantes por parte del régimen del Ejecutivo bielorruso, que encabeza Aleksandr Lukashenko, acusado de provocar un enfrentamiento al incentivar a los migrantes, en su gran mayoría iraquíes, sirios, afganos, libios y yemeníes, a cruzar a Polonia y así acceder a la UE.
Merkel calificó la situación en la frontera de “inhumana e inaceptable” y por eso apeló a Putin, que tiene una estrecha alianza con Lukashenko, y está expectante respecto de la visita este miércoles del ministro de Relaciones Exteriores de Bielorrusia al Kremlin para intentar dar solución a la crisis.
Putin tomó distancia de la situación y propuso que los países afectados por esta crisis mantengan conversaciones directas. No obstante, en un comunicado difundido por el Kremlin se aseguró que el mandatario ruso y la canciller alemana comparten su “preocupación” por las consecuencias humanitarias de la crisis migratoria y por la cantidad de reproches cruzados entre los países sin llegar a una solución.
La conversación entre los mandatarios llega un día después de que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) hiciera una declaración pública marcando su preocupación por la situación de frontera y su rechazo a la utilización de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes con fines políticos.
También este martes se pronunció el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien acusó directamente a Putin de estar detrás de la crisis migratoria; según opinó, el líder de Bielorrusia es un aliado cercano de Putin y está “orquestando la crisis”, pero “el autor intelectual está en Moscú”.
Según los analistas internacionales, esta insistencia del líder bielorruso en que los migrantes pasen por sus fronteras puede ser interpretada como una represalia por las sanciones impuestas por la UE, que ha respondido ante acciones antidemocráticas de Bielorrusia como el aterrizaje forzoso de un avión para detener a un opositor o cuando una atleta bielorrusa debió pedir asilo a Polonia para evitar ser llevada por la fuerza a su país.
Pero mientras las declaraciones cruzadas no se detienen, la situación de los migrantes varados en la zona es dramática. Entrado el otoño boreal, el clima hace que la situación sea muy poco llevadera para las personas que se encuentran en los puntos fronterizos, entre ellas centenares de niños. De acuerdo a lo que denunciaron integrantes de Granica, una organización polaca humanitaria, muchos migrantes mostraron signos de hipotermia y ocho personas murieron desde que la crisis fronteriza comenzó, a mediados de año.
Por otra parte, según consignó el diario inglés The Guardian, los migrantes también tienen que enfrentar la hostilidad de las fuerzas fronterizas, que ya ocasionaron lesiones a varias personas.