Desde la tarde del domingo nadie ha escuchado al presidente de Brasil Jair Bolsonaro, que fue derrotado en las urnas. Se fue a dormir en el Palacio da Alvorada sin hablarle a sus seguidores, ni a la prensa; incluso, según el diario Folha, tampoco quiso comunicarse con sus ministros. En la mañana del lunes, sobre las 9.30 salió hacia el Palacio del Planalto, la sede del gobierno, en una comitiva de cuatro coches, y nuevamente ignoró a la multitud que allí lo esperaba y dejó sin responder las preguntas de la prensa.

Bolsonaro perdió la elección en Brasil, pero ganó en más estados que su oponente, el presidente electo, Luiz Inácio Lula Da Silva. El actual mandatario obtuvo más votos en 14 unidades de la federación, y Lula en 13, con algunos casos en que la diferencia fue muy significativa.

El actual jefe de gobierno había insinuado durante la campaña que no reconocería una derrota electoral, pero hasta el momento lo único que hubo de su lado fue silencio. Sus seguidores sí se expresaron y ante la prensa fueron muchas las personas que dijeron no reconocer el resultado avalado por el Tribunal Supremo Electoral de Brasil.

Durante la campaña, Bolsonaro puso el foco en las urnas electrónicas y despertó desconfianza en un sistema que se usa desde hace décadas en el país, y también cuestionó a los miembros del tribunal, que recién cuando tuvo escrutado 98% de los votos pronunció que matemáticamente había ganado Lula.

Con 100% de los votos escrutados la diferencia es de 1,8 puntos porcentuales.

A pesar de su silencio, algunos de sus referentes políticos más cercanos sí reconocieron la derrota. Por ejemplo, el exministro de Justicia Sergio Moro, el mismo juez que condenó a Lula de forma ilegal, escribió en Twitter que “la democracia es así”: “El resultado de una elección no puede sobrepasar el deber de responsabilidad que tenemos con Brasil. Vamos a trabajar por la unión de los que quieren el bien del país”, apuntó.

El presidente de la cámara baja, Arthur Lira, un importante aliado del presidente, reconoció a través de un comunicado el triunfo del líder del Partido de los Trabajadores. “Al presidente electo, la Cámara de Diputados le felicita y ofrece diálogo y transparencia”. Agregó que estas elecciones demuestran “la vitalidad” de la democracia en Brasil y subrayó: “La voluntad de la mayoría que se ha pronunciado en las urnas no podrá ser contestada”.

Por otra parte, el gobernador electo en San Pablo, Tarcísio Gomes de Freitas, el candidato apoyado por Bolsonaro, reconoció el resultado a nivel país. “Vamos a mirar hacia adelante y defender los intereses del estado”, afirmó, y dijo que el resultado del “soberano” se respetará y se buscará un “entendimiento” con Lula.