La ciudad de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, fue sede esta semana de un encuentro entre representantes de cerca de 40 países africanos, en el que se definió la estrategia conjunta que adoptará el continente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, más comúnmente conocida como COP 27, que se realizará en noviembre en la localidad balnearia egipcia de Sharm el Sheij.
Los ministros y funcionarios de alto rango de las naciones africanas coincidieron en pedir a los países industrializados que hagan mayores esfuerzos para combatir la crisis climática. Además, los representantes coincidieron en calificar como “vergonzoso” el incumplimiento de una promesa de financiación de 2009, informó el diario británico The Guardian.
Wael Aboulmagd, representante especial de Egipto para la COP 27, atacó a los países más ricos por no cumplir con un acuerdo para darles 100.000 millones de dólares al año a los países en desarrollo para 2020.
Dicha cifra se comprometió durante la COP 15 en Copenhague para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer frente al impacto de la crisis climática en los países más afectados, y por la que el mundo desarrollado tenía una “responsabilidad adicional”, dijo Aboulmagd. Las emisiones de carbono de Europa y Estados Unidos fueron en gran medida las “responsables de donde estamos ahora”, manifestó el funcionario egipcio.
Por su parte, la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas, la nigeriana Amina Mohammed, dijo que la inversión en adaptación climática en los países en desarrollo “debe ser una prioridad” para la COP 27. Hablando de la decisión tomada en la COP 26 de Glasgow de duplicar el financiamiento climático para la adaptación a 40.000 millones de dólares para 2025, Mohammed dijo que 40.000 millones eran “sólo una fracción de los 300.000 millones que necesitarán anualmente los países en desarrollo para la adaptación para 2030”.
En el encuentro realizado en su país, la ministra de Medio Ambiente de la República Democrática del Congo, Eve Bazaiba, dijo que la falta de financiamiento de los países ricos pone a los países pobres de África en una posición extremadamente difícil, en la que acordar no explotar los recursos naturales necesarios para el desarrollo de acuerdo con los compromisos contra la crisis climática podría equivaler a dejar que “nuestros niños y los nietos mueran porque debemos proteger el medio ambiente”.
El continente africano es responsable únicamente de 4% de las emisiones globales de gases; sin embargo, está muy amenazado por la crisis climática. En declaraciones al portal oficial de las Naciones Unidas, Ephraim Mwepya Shitima, funcionario oriundo de Zambia que es el presidente del Grupo Africano de Negociadores sobre cambio climático, dijo que desde el órgano que lidera se considera esencial que los activistas saquen a la luz los intereses africanos y “apoyen nuestra agenda de desarrollo sostenible”.
“África no puede continuar por el mismo camino tradicional, que será simplemente insostenible y costoso”, dijo Shitima.
Posteriormente agregó: “Lo que también es cierto es que África no puede continuar por el mismo camino tradicional, que será simplemente insostenible y costoso. Por ejemplo, en el sector energético, ya no podemos continuar con los combustibles fósiles a largo plazo cuando el mundo entero está cambiando. Debemos adaptarnos y cambiar. En términos de nuestra trayectoria de desarrollo, debe ser un desarrollo bajo en carbono y que sea sostenible”, puntualizó.