El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó este jueves en la ciudad suiza de Ginebra la moción de abrir una investigación independiente sobre la represión de las protestas masivas que se están realizando en Irán, que estallaron en setiembre luego de la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, una joven de origen kurdo de 22 años que fue detenida por utilizar el velo de manera indebida de acuerdo al rígido criterio impuesto por el gobierno teocrático del país.
Tras la instancia en la ONU, que tuvo 25 votos a favor, seis en contra y 16 abstenciones, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, calificó la medida como “importante”, ya que demuestra que “los gritos de justicia del pueblo iraní han sido finalmente escuchados”. “Esperamos que el establecimiento de esta misión de investigación marque un cambio fundamental en el enfoque de la comunidad internacional para abordar la crisis de impunidad sistemática que ha alimentado crímenes contra el derecho internacional y otras violaciones de derechos humanos en Irán”, destacó en un comunicado consignado por el portal Europa Press.
Por su parte, la representante iraní presente en la reunión en la que se tomó la medida, Khadijeh Karimi, acusó a los Estados occidentales de utilizar el Consejo de Derechos para atacar a su país y la calificó como “atroz y vergonzosa”, informó la agencia Reuters.
En el inicio de esta semana, la ONU había manifestado que en el marco de las protestas en Irán habían sido asesinadas por parte de las fuerzas de seguridad alrededor de 300 personas, aunque algunas entidades independientes afirman que la cifra es algo superior, cercana a las 400. Si bien hubo manifestaciones en la capital, Teherán, y en otras ciudades iraníes, la represión es especialmente intensa en las zonas habitadas por los kurdos, situadas en el oeste de Irán.
Antes de la votación del jueves, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el austríaco Volker Turk, leyó un informe en el que expresó que Irán se encuentra sumido en “una crisis total de derechos humanos” y reclamó a las autoridades del país, cuyo máximo líder es el ayatolá Alí Jamenei, que “pongan fin al innecesario y desproporcionado uso de la fuerza”.
“Las fuerzas de seguridad, en particular, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y las fuerzas Basij (milicias paramilitares), utilizaron munición real, perdigones y otros perdigones metálicos, gases lacrimógenos y porras” contra los manifestantes, expresó Turk, quien agregó que entre los 300 muertos por la represión se estima que al menos 40 son niños.
“Recibimos informes de que los manifestantes heridos temen ir al hospital por el riesgo de ser arrestados por las fuerzas de seguridad. Los profesionales médicos denunciaron públicamente la injerencia de las fuerzas de seguridad en el tratamiento de los manifestantes heridos”, agregó el alto comisionado.
Turk dijo también que, de acuerdo a los datos recopilados por el organismo de la ONU que preside, desde que comenzaron las protestas el número de personas detenidas asciende a 14.000, incluidos niños. “Este es un número asombroso”, expresó Turk, quien dijo también: “Estoy alarmado por los informes de que incluso niños sospechosos de haber participado en protestas están siendo arrestados en la escuela”.