Ankara puede llevar a cabo una operación terrestre fuera de sus fronteras en un futuro próximo, de acuerdo a lo que anunció este martes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
“Conocemos los nombres, el paradero y los perfiles de los terroristas. Incluso sabemos quién les brinda refugio y armas y quién los alienta. Si Dios quiere, pronto usaremos nuestros tanques y artillería para destruir las raíces terroristas”, expresó el mandatario durante una ceremonia de inauguración de una represa en la provincia de Artvin, muy cerca de la frontera con Georgia, que fue transmitida por la cadena local TRT y consignada por la agencia rusa TASS.
Si bien no los mencionó en forma explícita, las amenazas de Erdogan están dirigida a los kurdos de Siria, a quienes ya dirigió ataques durante el fin de semana. El domingo, en el marco de una operación militar denominada Garra Espada, bombardeos de aviones turcos ocasionaron la muerte de al menos 30 personas en zonas de Siria en la que habita población kurda. Según informó el portal France 24, un portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza armada liderada por kurdos y respaldada por Estados Unidos, detalló que los ataques de las fuerzas turcas ocasionaron la muerte de 11 civiles.
La tensión escaló el lunes cuando misiles lanzados desde territorio sirio, atribuidos por el gobierno de Erdogan a los combatientes kurdos, impactaron en la ciudad turca de Karamis, matando a dos personas. De inmediato Turquía respondió con una nueva serie de ataques sobre posiciones civiles y militares de los kurdos sirios.
Según el gobierno de Erdogan, sus acciones son una respuesta al atentado del 13 de noviembre en una zona céntrica de Estambul, que dejó a seis personas muertas y alrededor de 80 heridos.
Esto se da pese a que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que cuenta con un brazo armado, las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo) remarcó en múltiples ocasiones en que no tuvo responsabilidad alguna en el atentado.
La escalada militar anunciada por Erdogan generó que tanto Estados Unidos como Rusia llamaran a Ankara a detener sus acciones.
De acuerdo a lo que informó la agencia Reuters, el enviado presidencial ruso a Siria, Alexander Lavrentyev, pidió a Turquía que “demuestre cierta moderación” para evitar una mayor conflictividad, no sólo en el norte, sino también en todo el territorio sirio.
El funcionario expresó su esperanza de que “será posible convencer a nuestros socios turcos de que se abstengan del uso excesivo de la fuerza”. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que Moscú ve las preocupaciones de seguridad de Turquía “con comprensión y respeto”, pero también insta a Ankara a “abstenerse de tomar medidas que puedan conducir a una grave desestabilización de la situación en general”.
El panorama actual “puede convertirse en un búmeran y complicar aún más el estado de los asuntos de seguridad”, subrayó Peskov.
Estados Unidos también pidió una desescalada en la región y el Departamento de Estado indicó que se opone a “cualquier acción militar no coordinada en Irak que viole la soberanía”, tras referirse a los ataques contra los kurdos que habitan en territorio iraquí, que recientemente fueron blanco de ataques de parte de las fuerzas iraníes, que también ven a los kurdos como una amenaza.