En una operación llevada a cabo en la madrugada del miércoles en 11 de los 16 estados alemanes, la Policía detuvo a 25 personas integrantes y simpatizantes del movimiento de extrema derecha Reichsbürger o “Ciudadanos del Reich”, bajo la acusación, dictada por la fiscalía, de estar preparando un golpe de Estado.
Los fiscales dijeron que el grupo se inspiraba en las teorías conspirativas de QAnon y los Reichsbürger, un grupo que no reconoce la legitimidad de la Alemania moderna, insistiendo en que el “Deutsche Reich”, mucho más amplio que las actuales fronteras de la nación germana, sigue existiendo a pesar de la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Según informó la agencia Reuters con base en información de la fiscalía, el complot preveía que un antiguo miembro de la familia real alemana, identificado como Heinrich XIII, fuera el líder de un futuro Estado, mientras que otro sospechoso, llamado en el marco de la investigación Ruediger, era el jefe del brazo militar.
Heinrich, que usa el título de príncipe y procede de la Casa Real de Reuss, que gobernó hace centenares de años algunas zonas del oeste del actual territorio alemán, se había puesto en contacto con representantes de Rusia, a quien el grupo consideraba su contacto central para establecer su nuevo orden. La embajada rusa en Alemania citada por la agencia RIA negó enfáticamente que las instituciones diplomáticas y consulares rusas en Alemania mantengan contactos con representantes de grupos terroristas y otros grupos ilegales.
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, declaró que el gobierno responderá con todo el peso de la ley contra los intentos de atentar contra el Estado y afirmó que las investigaciones posteriores revelarán hasta qué punto habían avanzado los planes golpistas del grupo.
“Las investigaciones permiten vislumbrar el abismo de una amenaza terrorista”, dijo Faeser en un comunicado, agregando que el Estado constitucional sabe cómo defenderse de “los enemigos de la democracia”.
Un soldado en actividad y varios retirados se encontraban también entre los investigados, según declaró a Reuters un portavoz del servicio de inteligencia militar. Ese soldado es miembro de una fuerza de élite del ejército alemán que fue investigada en los últimos años por la utilización de algunos símbolos nazis, expresamente prohibidos por las leyes alemanas.
Los investigadores sospechan que algunos miembros del grupo tenían planes concretos para asaltar la cámara baja del Bundestag en Berlín con un pequeño grupo armado.