El vice primer ministro y ministro de Defensa de Serbia, Milos Vucevic, informó este lunes a medios locales que las fuerzas armadas del país fueron puestas en alerta por orden directa del comandante en jefe del Ejército, el presidente de la nación balcánica, Aleksandar Vucic. Al mismo tiempo, según informó el portal ruso Sputnik, el ministro del Interior serbio, Bratislav Gashic, anunció que las fuerzas bajo su comando también fueron llamadas para prepararse para el combate.

Anteriormente, Vucic prometió proteger a la población de etnia serbia que vive en Kosovo, luego de que el gobierno de este país, dominado por una mayoría de etnia albanesa, pusiera sus fuerzas listas para el combate.

“Estamos en una situación difícil, pero haremos todo lo posible para mantener la paz y la estabilidad y, no sólo eso, sino también para proteger a nuestra gente en el norte de Kosovo y Metojia (una región de Kosovo). Después de que fueran armados los albaneses y elevado su nivel de preparación para el combate, tomaré todas las medidas para proteger a nuestro pueblo y proteger a Serbia”, escribió el mandatario en sus redes sociales.

Las autoridades kosovares ordenaron a alrededor de 1.500 oficiales de seguridad permanecer en sus lugares de servicio o en la zona de alcance durante la madrugada con el fin de estar ante posibles movimientos de tropas durante la noche.

Kosovo sigue siendo un potencial foco de tensión en los Balcanes años después de la guerra de 1998-1999 que terminó con la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Serbia no reconoce la declaración de independencia de 2008 de su antigua provincia –en la que vive una mayoría de albaneses y una minoría de serbios– mientras que los intentos de los diplomáticos occidentales para negociar una solución no pudieron lograr ningún acuerdo.

Según recordó la agencia Associated Press, los temores de violencia en la zona aumentaron desde el comienzo de la guerra en Ucrania. Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea reconocen la independencia de Kosovo, mientras que Serbia confía en el apoyo incondicional que tiene de parte de Rusia, un aliado histórico del país, para intentar mantener su reivindicación sobre lo que considera su provincia.

Las tensiones en Kosovo aumentaron mucho en las últimas semanas y meses por varios temas en medio de los esfuerzos internacionales para intensificar los esfuerzos de mediación. El último hecho que hizo sonar las alarmas, fue un bloqueo de carreteras impulsado por los serbios étnicos del norte de Kosovo para protestar por el arresto de un exoficial de policía serbio.

Los serbios del norte habían abandonado previamente las instituciones de Kosovo, alegando que las autoridades kosovares de etnia albanesa los estaban acosando. Belgrado advirtió en numerosas ocasiones que defenderá a los serbios locales “por todos los medios” si es atacado. Ante la situación planteada en las carreteras del norte del país, el gobierno de Kosovo pidió a las tropas de la OTAN, que se desplegaron en 1999 después de que la alianza transatlántica bombardeara Serbia para abandonar Kosovo, que levantaran los cortes de ruta. El lunes, ante el aumento de las tensiones, el primer ministro kosovar Albin Kurti, el italiano Angelo Michele Ristucci, comandante de la Kosovo Force (KFOR), una misión militar internacional comandada por la OTAN con presencia permanente en el país y el diplomático sueco Lars-Gunnar Vigermark, que encabeza la misión de orden público de la Unión Europea, se reunieron para discutir la situación, informó la KFOR en su cuenta de Twitter.

“Es importante que todos los participantes eviten cualquier retórica o acción que pueda causar tensión y escalar la situación”, dijo la KFOR en un comunicado. “Esperamos que todos los participantes se abstengan de demostraciones provocativas de fuerza y ​​busquen la mejor solución para garantizar la seguridad de todas las comunidades”, remarcó.