Ucrania está lista para celebrar, sin ninguna condición previa, una “ronda especial de negociaciones” con Rusia en la ciudad de Mariúpol, que está sitiada desde hace semanas, escribió en su cuenta de Twitter Mijail Podolyak, uno de los integrantes del equipo negociador de Kiev. De acuerdo a lo que consignó la cadena Al Jazeera, Podolyak dijo que estas conversaciones podrían ser “mano a mano o de a dos”. “La intención es salvar a nuestra gente, militares, civiles, niños, y a todos quienes estén vivos y heridos”, afirmó.

En la misma línea otro negociador ucraniano, David Arakhamia, dijo en Telegram que él y Podolyak “están listos para viajar a Mariúpol para mantener conversaciones con la parte rusa sobre la evacuación de nuestra guarnición militar y civiles”.

Mariúpol, situada en la región de Donetsk, en el Donbás, a orillas del Mar de Azov, ha sido escenario de la más dura de las batallas desde que comenzó la invasión rusa, hace casi dos meses. Moscú considera clave la conquista de esta localidad para poder enlazar a sus tropas ubicadas en Crimea y desde allí sostener su ofensiva, ya en curso, sobre todo el este de Ucrania.

Luego de semanas de durísimos combates en los que se registraron miles de muertos, tanto civiles como militares, la ciudad está completamente destruida, según sus autoridades, y el único foco de resistencia está en el enorme complejo de la fábrica siderúrgica Azovstal, una de las más grandes de Europa.

Esta planta industrial abarca dentro de sus 11 kilómetros cuadrados de instalaciones decenas de edificios, grandes hornos, túneles y vías férreas. Según las autoridades de Mariúpol, que ya se encuentran fuera de la ciudad, dentro de la fábrica hay al menos 1.000 civiles escondidos en los refugios subterráneos, entre ellos ancianos, mujeres y niños. Se estima además que quienes están defendiendo el lugar son cerca de 3.000 combatientes ucranianos, integrantes del Ejército regular y también del batallón Azov, de tendencia neonazi.

Mientras los bombardeos rusos no cesan, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insistió este miércoles en que su país necesita más y mejor armamento para sostener la resistencia. También el miércoles, en medio de la guerra informativa entre las partes, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajarova, dijo que su país entregó un proyecto de acuerdo de solución al conflicto con Ucrania el 15 de abril, pero aún no recibió ninguna respuesta.

“Hoy se dijo que se entregó un nuevo conjunto de propuestas a los representantes del régimen de Kiev involucrados en el proceso de negociaciones. Me gustaría simplemente revelar la fecha en que la parte rusa entregó estas posiciones. Fue el viernes. Hoy es miércoles. Hasta el día de hoy no ha habido respuesta”, dijo Zajarova, según informó la agencia oficial rusa TASS. No obstante, el presidente ucraniano negó en una conferencia de prensa haber recibido dicha propuesta. “No he oído nada, no he visto nada. Estoy convencido de que no nos entregaron nada”, afirmó Zelenski.

Uno de los países que más activamente trabajaron semanas atrás en una mediación fue Turquía, que incluso fue sede de un encuentro entre delegaciones de ambos países en Estambul. Por ello fue significativo que este miércoles el ministro de Relaciones Exteriores de este país, Mevlut Cavusoglu, dijera en una entrevista que algunos países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que Turquía integra, están interesados en que el conflicto en Ucrania se prolongue lo más posible con la finalidad de debilitar a Rusia. “Hay países dentro de la OTAN que quieren que la guerra continúe”, afirmó Cavusoglu a la filial turca de la CNN, aunque no mencionó a ninguna nación en particular.

En el marco de las enormes tensiones existentes, Rusia envió este miércoles un mensaje al mundo al realizar un lanzamiento de prueba de su misil balístico intercontinental Sarmat. De acuerdo a lo que informaron fuentes gubernamentales rusas consignadas por el diario español El Mundo, el misil puede impactar tanto en Estados Unidos como en cualquier capital europea. Según expresó en un mensaje televisivo el presidente ruso, Vladimir Putin, la potencia de este misil “hará que quienes amenazan a nuestro país con su retórica desenfrenada y agresiva lo piensen dos veces antes de hacer algo”. De acuerdo a informaciones proporcionadas por el gobierno ruso, el misil tiene un alcance de 10.000 kilómetros, es capaz de destruir un área de la extensión del estado de Texas y puede transportar una carga de hasta 15 ojivas nucleares.

En la prueba, el misil que ha sido desarrollado por los rusos desde hace varios años fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk, ubicado 800 kilómetros al norte de Moscú, y se desplazó 6.000 kilómetros hasta su impacto en un área del polígono de Kura, en la península de Kamchatka, situada sobre las costas del océano Pacífico, en el extremo oriental del país.