La de este lunes fue una jornada particularmente dura en Ucrania, porque varios ataques rusos en diferentes partes del país provocaron la muerte de al menos 30 personas y centenares de heridos.

El bombardeo más sangriento, de acuerdo a lo que informaron autoridades ucranianas, tuvo como blanco un shopping de la ciudad de Kremenchuk, ubicada en la región de Poltava, en el centro del país. Esta incursión rusa dejó 13 muertos y más de 50 heridos, muchos de ellos de gravedad, informó en su cuenta de Telegram el gobernador de la región, Dmitri Lunin.

“Necesitamos más armas para proteger a nuestra gente, necesitamos defensas antimisiles”, dijo Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente, luego de conocido el ataque. Mientras tanto, Vadym Denysenko, asesor del Ministerio del Interior, expresó que Rusia -que niega de plano tener como blanco instalaciones civiles- pudo haber tenido tres motivos para el ataque. “La primera, sin duda, es sembrar el pánico, la segunda es destruir nuestra infraestructura, y la tercera es subir la apuesta para que los países occidentales civilizados vuelvan a sentarse a la mesa de diálogo”, expresó el funcionario.

Foto del artículo 'Una serie de ataques rusos dejaron más de 30 muertos en Ucrania'

Pero además del ataque en Kremenchuk, que generó una ola de rechazos a nivel internacional, las fuerzas rusas también el lunes bombardearon la ciudad de Járkov, la segunda más grande del país, dejando al menos cinco muertos y más de 20 heridos. También padeció un ataque de las fuerzas de Moscú la ciudad de Lisichiansk, uno de los últimos lugares de la región del Donbás que todavía no cayó en manos de los invasores. Autoridades de la región de Lugansk, donde está ubicada Lisichainsk, informaron que ocho civiles murieron y cerca de 30 fueron heridos en este ataque.

Cumbres del G7 y de la OTAN

Esta intensificación de los ataques rusos se produce al mismo tiempo que los líderes de las potencias occidentales están reunidos en la localidad bávara de Elmau, en el sur de Alemania, en el marco de una nueva cumbre del G7. El lunes, en la jornada final de este encuentro, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, confirmó que su país enviará a Ucrania un sistema avanzado de defensa antimisiles, informó la cadena panárabe Al Jazeera.

La guerra en Ucrania también será el tema predominante en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que tendrá lugar miércoles y jueves en Madrid, la capital española.

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En la previa de este cónclave crucial, el secretario general de la alianza militar, el noruego Jens Stoltenberg, dijo que el encuentro dará lugar a la mayor transformación del organismo en varias décadas. “Significará la mayor revisión de nuestra defensa colectiva y disuasión desde la Guerra Fría”, dijo Stoltenberg antes de la reunión en la que participarán los 30 países que integran la OTAN.

En este sentido el diplomático nórdico aseveró que ante la invasión rusa a Ucrania está previsto que las fuerzas de reacción rápida de la OTAN lleguen a contar con 300.000 soldados de alta preparación. Stoltenberg agregó que las fuerzas de la alianza militar en los estados bálticos y en otros cinco países cercanos a la frontera con Rusia se incrementarían “hasta los niveles de brigada”, y se duplicarían o triplicarían a entre 3.000 y 5.000 soldados.

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De acuerdo a lo que informó el diario inglés The Guardian, la Fuerza de Respuesta de la OTAN de reacción rápida tiene actualmente 40.000 efectivos. Según los planes que serán tratados en profundidad en la reunión de Madrid, la alianza militar liderada por Estados Unidos también tiene la intención de trasladar hacia los países del este de Europa municiones y otros suministros militares, una transición que piensa completar en el correr de 2023.

Otro tema muy importante que será tratado durante esta cumbre de la OTAN será el ingreso en el bloque solicitado hace algunas semanas por Suecia y Finlandia, naciones que con este paso rompieron con más de 60 años de una política nacional de neutralidad. Si bien la noticia fue bien recibida por casi la totalidad de los países que integran la alianza, tuvo y tiene la férrea oposición de Turquía, ya que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan, considera que los dos países, sobre todo Suecia –que tiene en su Parlamento ciudadanos de origen kurdo–, avalan a los nacionalistas kurdos nucleados en el Partido de los Trabajadores de Kurdistán, entidad que para el Ejecutivo de Ankara es una organización terrorista.

Intentando desbloquear esa situación, el martes el mandatario turco se reunirá en Madrid con los líderes de Suecia y Finlandia. El encuentro se realizará a pedido de la OTAN, según declaró el portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin, a la emisora local Habertürk. “Acudir a esta cumbre no significa que vayamos a dar un paso atrás en nuestra posición”, advirtió el portavoz del gobierno turco.