Viktor Orbán, el presidente ultraderechista de Hungría, volvió a generar polémica tras una diatriba en la que arremetió contra la “mezcla” de razas europeas y no europeas. “Nosotros [los húngaros] no somos una raza mixta y no queremos convertirnos en una raza mixta”, dijo Orbán el sábado durante una visita a la localidad de Baile Tusnad, en la Transilvania rumana, región donde habita una importante comunidad magiar que conformaba la mayor parte de su auditorio. El dirigente también profetizó que “llegará el momento en que tendremos que acoger a los cristianos [de Europa occidental], pero eso será la tarea de nuestros hijos, tendremos que prepararlos”.

De acuerdo a lo que informó la agencia Ansa, el mandatario centroeuropeo agregó que los países donde se mezclan europeos y no europeos “ya no son naciones”. Orbán, quien está al frente del Ejecutivo húngaro desde 2010, acusó además a las autoridades de la Unión Europea (UE) y al magnate húngaro estadounidense George Soros, de querer “obligar” a Hungría “a recibir inmigrantes no europeos”, al tiempo que una vez más volvió a mostrarse duramente en contra de la llegada de migrantes asiáticos o africanos a su país.

Paralelamente, y de acuerdo a lo que informó el portal español 20minutos, Orbán -el dirigente de la UE más cercano al presidente ruso Vladimir Putin- criticó duramente el apoyo militar que los países occidentales le están suministrando a Ucrania, porque según su criterio esto únicamente sirve para que la guerra prosiga.

“Cuantas más armas modernas dé la OTAN a los ucranianos, más empujarán los rusos la línea del frente hacia adelante. Lo que estamos haciendo es prolongar la guerra”, dijo Orbán, que agregó que Occidente no debería esperar una victoria ucraniana, sino lograr un acuerdo de paz. “No deberíamos estar del lado de Rusia, o del lado de Ucrania, sino entre los dos”, expresó, y dijo también que la política de imponer sanciones a Rusia no había funcionado.

Estas declaraciones de Orbán generaron numerosas críticas, tanto dentro de Hungría como en Rumania, país donde formuló estas apreciaciones.

Katalin Cseh, eurodiputada del partido opositor húngaro Momentum, dijo que las palabras del mandatario “recuerdan un momento que creo que a todos nos gustaría olvidar. Realmente muestran los verdaderos colores del régimen”. En su cuenta de Twitter, Cseh se dirigió a las personas de raza mixta en Hungría: “Tu color de piel puede ser diferente, puedes venir de Europa o más allá, pero eres uno de nosotros y estamos orgullosos de ti. La diversidad fortalece a la nación, no la debilita”.

Desde Bucarest, el ministro de Relaciones Exteriores rumano, Bogdan Aurescu, también criticó los dichos de Orbán respecto de las “razas”. “Es lamentable que tales ideas se propaguen desde el territorio de Rumania [...] Está claro que no podemos estar de acuerdo con ellas”, manifestó el jerarca.

Por su parte, el secretario general del Partido Socialdemócrata, Paul Stănescu, reaccionó a los dichos del presidente húngaro diciendo que “Rumania no es un trampolín para los mensajes antieuropeos y prorrusos, ni del primer ministro Viktor Orbán, ni de los miembros del gobierno húngaro. Si quieren criticar las acciones conjuntas de la UE y la OTAN y hacer predicciones relacionadas con la agresión a la que está sometida Ucrania por parte de Rusia, que lo hagan desde el territorio de Hungría, donde tienen la libertad de decir lo que quieran”. Mientras tanto el vicepresidente primero del Partido Nacional Liberal, el eurodiputado Rareş Bogdan fue mucho más duro y enfatizó el doble discurso de Orbán. En declaraciones al diario rumano Adevarul, Bogdan afirmó que la UE debería cortar el otorgamiento de fondos comunitarios a Hungría. “Cuando [Orbán] viene de campaña electoral, se hace el valiente, pero cuando está en Bruselas se arrodilla y se queja de que no se bloqueen sus fondos porque los campesinos salen a la calle y lo barren del poder”, afirmó Bogdan.

Mientras tanto el portavoz del partido centrista Unión Salvar Rumania, Ionuţ Moşteanu, atacó la postura de Orbán respecto al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. “Desde que estalló la guerra, Orbán viene sosteniendo la agenda de intereses de Putin, no sólo respecto del conflicto en Ucrania, sino también cuando opina sobre las medidas tomadas por la UE contra la Federación Rusa”.