Exconcejal, exguerrillero, excongresista, exalcalde y, ahora, presidente de la República. Este domingo, a los 62 años, el economista Gustavo Petro asumió finalmente la máxima dignidad del Estado colombiano. El carácter histórico de su victoria, sumado a una campaña en la que prometió reformas profundas en diversos frentes de la política nacional, representan el desafío mayúsculo de demostrar un camino posible para el país por fuera del dominio hegemónico de la derecha.
La columna vertebral de la propuesta de Petro, y quizá su apuesta más ambiciosa, está en el sector ambiental. Tendrá que avanzar en los acuerdos adquiridos con la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático, entre los que se destaca alcanzar la carbono-neutralidad en 2050 y llevar a cero la deforestación, que durante los últimos años ha crecido.
Los impactos económicos de la transición que Petro y el Pacto Histórico buscarán en materia ambiental conjugan otro tema fundamental de su agenda: la profunda y sostenida desigualdad de la sociedad colombiana, cuyos territorios más desprotegidos y con menor desarrollo apostaron por él. En este campo deberá articular un nuevo contrato social, centrado en su propuesta de justicia tributaria.
Por otra parte, la apuesta agrícola de Petro, planteada en el reemplazo del extractivismo de carbón y petróleo, requiere un remezón en materia de tenencia de la tierra, pues, tras décadas de un conflicto armado interno con más de seis millones de víctimas de desplazamiento forzado, la desigualdad colombiana en esta área es, según Oxfam, la mayor de América Latina.
Otras preocupaciones del nuevo gobierno estarán en enfrentar la corrupción e ineficiencia en el sistema de salud, mitigar la crisis del sistema de pensiones y reducir las barreras de acceso a la educación superior.
Las reformas prometidas tratarán de responder a los múltiples conflictos de un país desigual y atrasado, con desafíos puntuales en todos los frentes. Desde el inicio de la administración de Petro, tres factores serán cruciales para conseguir avanzar en las propuestas y, por tanto, se trata de los mayores retos que enfrentará la etapa temprana de su gestión.
El legislativo: Coalición frágil y fuego amigo
Las reformas que buscará Petro necesitarán reglamentación legislativa proveniente de acuerdos en el Congreso. Sin embargo, la nueva coalición de gobierno incluye al Partido Liberal y al Partido de la U, que hicieron parte de la anterior administración, de la que Petro fue el principal opositor. Por eso se intuye que, más allá de afinidades ideológicas, las nuevas mayorías en el Congreso están determinadas por intereses clientelistas.
La primera puja que se avizora en este sentido es la elección de la próxima cabeza de la Contraloría General de la República, institución veedora del destino de los recursos públicos, programada para el 18 de agosto. Los llamados “partidos tradicionales” publicaron una carta de apoyo para la candidatura de una funcionaria criticada desde el sector alternativo de la coalición de gobierno.
Además, el Pacto Histórico, movimiento por el que Petro fue elegido, es la suma de siete partidos independientes con ciertas visiones contrapuestas en algunas cuestiones. Esto se ha notado en el “fuego amigo” entre congresistas del colectivo por las elecciones a presidencia del Senado o de comisiones en el Congreso.
Ciudadanía expectante
Como primer líder de izquierda en la jefatura de Estado, Petro está llamado a abrirle camino a este espectro político en la democracia colombiana. Se debe considerar que, si bien ganó, no arrasó en las elecciones. Poco menos de la mitad de los votos fueron en su contra. Y si bien su popularidad alcanzó un máximo histórico a poco de resultar electo, será objeto de continuas campañas de desinformación –como ocurre desde 2018– y enfrentará la oposición descarnada del saliente partido de gobierno.
Por ello, el control de sus carteras y su relación con el Congreso producirán una encrucijada: para adelantar sus reformas, Petro tendrá que ceder ante políticos cuestionados y partidos con antecedentes en casos de corrupción. De lo contrario, la eventual implosión de su coalición de gobierno implicará un estancamiento de las metas prometidas a un electorado ansioso de resultados.
Sin embargo, la ciudadanía colombiana considera la corrupción como el segundo problema más preocupante del país, por lo que estos arreglos serán mal vistos, más allá de que permitan la ansiada gobernabilidad. Ya antes de la posesión presidencial, hubo revuelo por el nombramiento del abogado Guillermo Reyes, integrante del Partido Conservador y acusado de plagio en producción intelectual, dentro del comité de empalme, órgano encargado de la transición entre un gobierno y otro.
Fuerzas del orden y seguridad ciudadana
Al cierre de la administración del ahora expresidente Iván Duque, la ONG Indepaz tiene identificados a más de 30 grupos armados ilegales que operan en el país, entre guerrillas activas, reductos de grupos paramilitares, disidencias de las FARC y bandas criminales. La propuesta económica de Petro precisa de la pacificación de las áreas rurales del país, de modo que el Estado pueda hacerse presente para salvaguardar el patrimonio ambiental y apoyar el desarrollo agrícola.
Aunque la seguridad no fue bandera de su campaña, tras ser elegido Petro habló de establecer una “paz total”, ambición con la que buscará desmovilizar a los grupos armados mediante diferentes vías. Aunque el ELN, el Clan del Golfo y las Disidencias de las FARC han manifestado ya disposición de cesar sus actividades y negociar, no está claro aún el marco jurídico en el que esto podría concretarse.
El nuevo gobierno lidiará también con el desgaste institucional de las fuerzas del orden. Más concretamente, tendrá que restituir la confianza de la ciudadanía en el cuerpo policial, señalado de crímenes por uso excesivo de la fuerza en las protestas de 2020 y 2021. Asimismo, liderará un ejército que trae a cuestas 56.094 homicidios cometidos en el marco del conflicto armado, con militares de distintos rangos respondiendo ante la Justicia por 6.402 casos de ejecuciones extrajudiciales.
Alexander Campos Sandoval desde Cali.