Este jueves comenzará la visita de la misión de expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la entidad de control de la energía nuclear de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la central nuclear de Zaporiyia, ubicada en la localidad de Energodar, en el sureste de Ucrania, al norte de la península de Crimea, territorio anexado por Rusia en 2014.

Tras meses de inquietud por los constantes ataques en la zona, de los cuales las partes en conflicto se acusan mutuamente, el equipo que comandará el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, partió este miércoles desde Kiev a Zaporiyia. Antes de dejar la capital ucraniana, donde se entrevistó con el presidente Volodímir Zelenski, Grossi brindó una conferencia de prensa en la que precisó los alcances e intenciones de su visita a la planta nuclear, la más grande de Europa.

“Tenemos una tarea muy, muy importante que realizar para evaluar la situación real en el lugar, para ayudar a estabilizar la situación tanto como podamos. Y soy muy consciente de la relevancia de este momento. Pero estamos listos. El OIEA está listo”, expresó Grossi, de acuerdo a lo que informó AFP.

“Nos preparamos para el verdadero trabajo, que comienza el jueves”, agregó. El director general del OIEA declaró además una de las intenciones que tiene el organismo que preside respecto de esta visita. “Vamos a intentar establecer una presencia permanente de la agencia a partir de ese momento”, dijo Grossi, un argentino de 61 años, diplomático de carrera, que antes de asumir el cargo que actualmente tiene en el OIEA fue durante seis años embajador de su país en Viena.

Un funcionario de la ONU con conocimiento de los detalles de la misión del OIEA le dijo a la agencia rusa TASS que la misión incluirá representantes de diez países: Albania, China, Francia, Italia, Jordania, Lituania, Macedonia del Norte, México, Polonia y Serbia. La fuente explicó que en la misión expresamente no fueron incluidos representantes rusos ni ucranianos para garantizar su neutralidad e imparcialidad. También señaló que los inspectores verificarían la seguridad nuclear en la planta, pero no se ocuparían de cuestiones políticas o militares. El funcionario agregó que los miembros del OIEA viajaron a Zaporiyia con la asistencia logística de personal de la ONU.

El ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko, dijo respecto de la misión que significa a su entender un paso hacia la “desocupación y desmilitarización” del lugar. En una entrevista que le concedió a la agencia Reuters desde la ciudad de Zaporiyia, que está bajo control ucraniano, a apenas 55 kilómetros de la planta, el funcionario ucraniano dijo que era fundamental que los integrantes de la misión pudieran hablar directamente con el personal que está operando en la central nuclear.

“Desde nuestro punto de vista, es importante que la misión pueda hablar con el personal y obtener información real, no información rusa, sobre lo que hay dentro”, dijo Galuschenko.

A pesar de que la planta está bajo control militar ruso casi desde el inicio de la guerra, los trabajadores técnicos de la planta siguen siendo ucranianos, aunque se desempeñan bajo la supervisión de los invasores.

Diferente fue la visión sobre el tema que tiene Denis Pushilin, presidente de la República Popular de Donetsk, entidad cuyo reconocimiento internacional es prácticamente nulo, que es aliada del gobierno de Moscú. “La delegación del OIEA que tiene previsto venir tiene garantías de seguridad de las Fuerzas Aliadas y de la Federación Rusa. Se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar esta seguridad. Pero me gustaría enfatizar que en este momento el régimen ucraniano está loco y no se puede descartar nada”, afirmó Pushilin, quien se caracteriza por sus declaraciones beligerantes.

La planta de energía nuclear de Zaporiyia es la más grande de Europa y se encuentra entre las diez más grandes del mundo. Además de su tamaño, tiene una importancia estratégica vital ya que genera la mitad de la energía nuclear de Ucrania, según recordó la cadena Al Jazeera. La planta tiene una capacidad total de unos 6.000 megavatios, suficiente para abastecer a aproximadamente cuatro millones de hogares.

Está ubicada en la zona sur de Ucrania, sobre el río Dniéper, unos 550 kilómetros al sureste de Kiev y unos 525 kilómetros al sur de Chernobil, el sitio donde se produjo el peor accidente de energía nuclear del mundo en 1986.