Seguimos practicando una política errada y fracasada, que sigue fortaleciendo las mafias del narcotráfico y su comercialización, llenando de jóvenes las cárceles y generando una enorme cantidad de víctimas mortales.
Después de la destitución de Manini Ríos en marzo de 2019, el viejo y “clandestino” partido militar opta por transformarse en un partido público, paramilitar en el sentido amplio del término.
Han pasado casi 40 años desde la recuperación democrática y el poder civil casi no ha impulsado ninguna acción en el campo de la educación militar, fuera de convalidar las decisiones producidas por las propias fuerzas.
Otro componente a tener en cuenta del mal gasto militar es una escala de salarios enormemente injusta entre la tropa y los oficiales, con una relación que puede ser de 14 a 1 entre los salarios más altos y los más bajos.
Se puede compartir o no la propuesta de disminuir el gasto militar para aumentarlo en salud o educación; lo que no corresponde es calificar esas propuestas como “falacia”.
Queda la duda de si el ministro y el presidente controlaron con rigor lo propuesto por el Comando General de la Armada o lo aprobaron rutinariamente. Cualquiera de ambas opciones es preocupante.
La crítica permanente al modelo chino, supuestamente “represivo”, de “cero covid” oculta que ha sido uno de los países con mejores resultados en términos de muertes por millón de habitantes.
¿Un gobierno democrático a nivel mundial es una utopía? Sin duda que hoy lo es, como lo era hace 100 años una democracia con voto universal incluyendo el voto femenino.
Estos reconocimientos no nos impiden, sin embargo, observar algunos sesgos y ausencias importantes en los planes de estudio militares elaborados, que deberían ser analizados con franqueza.
Esa idea “totalitaria” de que los militares son “todólogos” capacitados para realizar casi cualquier tipo de tareas en forma más eficiente que las empresas privadas o públicas aparece cíclicamente.
En ese mundo maniqueo del senador Manini, sólo existe el blanco o negro que, además, será definido como blanco o negro en función de su conveniencia argumental.
Somos unos cuantos los que consideramos que en lo militar cometimos desde el gobierno del Frente Amplio un conjunto importante de errores, fundamentalmente durante el período del Ñato como ministro.
Javier García también sabe bien que “la ignorancia de las leyes no sirve de excusa” y que el soldado no tiene la obligación de cumplir órdenes ilegales, sin necesidad de consultar a las cátedras universitarias.