Liz Truss, quien se venía desempeñando como ministra de Exteriores de Reino Unido, fue elegida este lunes como la nueva líder del Partido Conservador, por lo que asumirá como primera ministra británica en remplazo de Boris Johnson, que anunció en julio su renuncia. En la elección interna realizada entre los miembros del Partido Conservador, Truss, de 47 años, se impuso por 81.326 votos contra 60.399 al exministro de Finanzas Rishi Sunak, de 42 años, un multimillonario exbanquero, nieto de inmigrantes indios.
La holgada posición económica del aspirante finalmente derrotado fue uno de los elementos que estuvieron muy presentes en la campaña, ya que Truss se presentó siempre como una persona de origen trabajador, formada en el sistema educativo público, lo cual le valió el apoyo del sector más popular de su partido.
Los sondeos de los últimos días ya anticipaban un amplio triunfo de Truss en la elección en que finalmente participaron unos 200.000 afiliados del partido. La votación se hizo por correo postal y también por internet y se cerró el viernes, luego de ocho semanas de campaña, que la nueva primera ministra describió a la BBC como “la entrevista de trabajo más larga de la historia”.
El siguiente paso, luego de conocerse los resultados de la votación, es que el primer ministro saliente le comunique a la reina Isabel II el nombre de la nueva gobernante. Truss jurará el cargo este martes en el castillo de Balmoral, en Escocia, donde se presentará ante la reina Isabel II para asumir el cargo. Será la primera vez en más de 70 años que la jura no se hará en Londres; la tradición se interrumpió por los problemas de salud de la monarca, que a sus 96 años tiene limitaciones de movilidad, por lo que recibirá a la nueva jefa de Estado británica en su residencia de descanso.
Luego de la instancia protocolar ante la reina, la nueva jefa de gobierno regresará a Londres, se espera que dé su primer discurso y comience a formar su nuevo equipo de gobierno, para luego debatir el miércoles en el Parlamento con el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer.
Así las cosas, Truss se convertirá en la tercera mujer en ocupar el principal cargo político en Reino Unido, después de las también conservadoras Margaret Thatcher –quien es considerada una referente por Truss–, que estuvo en la residencia del número 10 de Downing Street entre 1979 y 1990, y Theresa May, que ocupó el puesto entre 2016 y 2019, antes de que asumiera Boris Johnson.
Truss fue de las pocas personas que se mantuvieron leales al ex primer ministro Johnson cuando buena parte de su equipo le dio la espalda, lo cual fue determinante para su renuncia. En el extremo opuesto, su contrincante Sunak fue el primero de todos los ministros que renunciaron, algo que según los analistas locales le salió caro entre los militantes del Partido Conservador, que decidieron no apoyarlo a pesar de que su nombre había surgido como favorito hacía dos meses.
La primera ministra electa, además de encabezar actualmente las carteras de Exteriores e Igualdad, es parlamentaria en la Cámara de los Comunes desde el año 2010; fue secretaria de Estado de Medio Ambiente, Alimentación y Medio Rural en el gobierno de David Cameron; secretaria de Estado de Justicia cuando lideró May, y también fue secretaria de Estado de Comercio Internacional con Johnson antes de ser nombrada ministra en setiembre del año pasado.
En su primer discurso tras ser electa, la nueva líder del Partido Conservador prometió “gobernar como una conservadora” y cumplir su compromiso de bajar impuestos, resolver la crisis energética y arreglar la sanidad pública.
“Hice campaña como conservadora y gobernaré como conservadora. Cumpliré con la bajada de impuestos, con la crisis de la energía [...] y con el NHS [Servicio Nacional de Salud]”, dijo en su primer discurso tras vencer en las primarias tories.
Entre las primeras medidas que podría tomar la nueva primera ministra está la congelación de precios de la energía. Reino Unido está buscando estrategias para combatir los efectos de una inflación que llegó a 10%, su mayor nivel en 40 años, acelerada por la escalada de precios de la energía inducida por la invasión rusa de Ucrania y el uso del gas de parte del gobierno de Moscú como arma política, de acuerdo a lo que informó AFP.
De hecho, la inflación motivó durante el verano europeo varias huelgas de trabajadores que marcaron el tono para los siguientes meses, ya que se espera una fuerte reacción tras el anuncio de que la energía de los hogares subirá 80% a partir de octubre, algo que provocará grandes problemas para la calefacción de los hogares durante el invierno boreal.