Al tiempo que la ofensiva israelí continúa en Gaza, en este momento con el foco puesto en la ciudad de Jan Yunis, en el sur del enclave, y mientras prosiguen los asesinatos de pobladores palestinos en Cisjordania, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, apeló por primera vez desde que comenzó su gestión al frente de la entidad, en 2017, al artículo 99 del organismo internacional.

Este artículo, de acuerdo a lo que informó el portal de la ONU, otorga al secretario general el poder de “señalar a la atención del Consejo de Seguridad cualquier asunto que, a su juicio, pueda amenazar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”.

En este caso, Guterres instó al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar ante la amenaza que supone para la paz y la seguridad internacional el conflicto entre israelíes y palestinos.

“Más de ocho semanas de hostilidades en Gaza e Israel han creado un sufrimiento humano atroz, destrucción física y trauma colectivo en todo Israel y el territorio palestino ocupado”, expresó el diplomático portugués en un comunicado.

Guterres escribió que es muy posible que en Gaza “el orden público se desmorone completamente pronto debido a las desesperadas condiciones”, advirtiendo sobre brotes de enfermedades epidémicas, algo que ya fue planteado por la Organización Mundial de la Salud, además de eventuales desplazamientos masivos de personas hacia los países vecinos.

Mientras en Gaza la cifra de muertes desde que empezó la guerra sobrepasa los 16.000 y más del 80% de la población tuvo que dejar de manera forzada sus hogares, en Israel sigue habiendo una gran presión sobre el primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que trabaje para la liberación de las personas que siguen secuestradas en Gaza.

Al respecto, el martes hubo una reunión entre personas liberadas y familiares de cautivos con el jerarca en la ciudad de Herzylia, que, de acuerdo a lo que informó el diario The Times of Israel, transcurrió en un ambiente extremadamente tenso.

Fuentes presentes en el encuentro citadas por el medio israelí dijeron que en la reunión hubo gritos y pedidos de renuncia hacia Netanyanhu, quien no se comprometió directamente con ninguna de las demandas de sus interlocutores y en gran medida leyó comentarios en una hoja de papel, lo que enfureció a los presentes.

En extractos de audios filtrados de la reunión se puede escuchar a Netanyahu diciéndoles a las familias que “en este momento no hay posibilidad de traer a todos a casa”, declaración que provocó la indignación de muchas personas e incluso se informó que algunos asistentes se retiraron del encuentro antes de que finalizara.

Por otra parte, sigue siendo una incógnita cuánto durará la guerra. Israel dijo que no detendrá sus operaciones hasta no terminar con las capacidades políticas y militares de Hamas, algo que por ahora no parece cercano.

Sobre el tema, altos funcionarios de la administración estadounidense que lidera el presidente Joe Biden le dijeron a CNN que esperan que la etapa actual de la operación militar israelí en la Franja de Gaza dure varias semanas, probablemente hasta las primeras del año que viene.

Estados Unidos sigue siendo el máximo aliado israelí y, pese a las discrepancias que hay en la interna política del país sobre el tema, la asistencia de armamento al gobierno de Netanyahu continúa.

A propósito de ello la Casa Blanca instó al Congreso a aprobar el paquete de ayuda de 106.000 millones de dólares de Biden, que incluye 14.000 millones de dólares en asistencia para Israel y 9.000 millones de dólares destinados a asistencia humanitaria para la población palestina.

Entre las voces disidentes contra el apoyo a Israel está la del senador Bernie Sanders, quien en una sesión legislativa dijo que no iba a votar a favor de la aprobación del financiamiento.

Sanders, de 82 años y quien es independiente, más allá de su cercanía con los demócratas, condenó los ataques israelíes en Gaza a los cuales calificó como carentes de moral. “Lo que está haciendo el gobierno de Netanyahu es inmoral”, dijo, y agregó que lo que está sucediendo “es una violación del derecho internacional y Estados Unidos no debería ser cómplice de esas acciones”.