El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegará el domingo a China en el marco de una importante visita en la que el mandatario irá acompañado de una comitiva de alrededor de 300 personas, que estará integrada por ministros, gobernadores, senadores, diputados, empresarios y representantes de organizaciones sindicales. De acuerdo a lo que informó la presidencia brasileña, durante la visita habrá actos oficiales, conversaciones bilaterales, y se firmarán más de 20 convenios de cooperación en varias áreas.
El objetivo del gobierno brasileño es promover el relanzamiento de las relaciones con China, que es su principal socio comercial desde 2009. El año pasado China importó cerca de 90.000 millones de dólares en productos brasileños, especialmente soja y minerales, y exportó casi 61.000 millones para el mercado interno brasileño. El volumen negociado, aproximadamente 150.000 millones de dólares, creció 21 veces desde la primera visita de Lula al país, en 2004.
Brasil, que es el principal exportador de productos agrícolas a China, volverá a vender carne vacuna al gigante asiático, luego de que Pekín anunciara esta semana el fin de la suspensión de compras de este producto. En febrero, China había anunciado la suspensión de la compra de carne bovina brasileña, luego de la aparición de un caso de vaca loca en la localidad de Marabá, en el estado de Pará.
Otras áreas destacadas en la agenda del evento incluyen el turismo entre los dos países y las inversiones. Entre los acuerdos que se firmarán, uno de los más importantes será el que planeará la construcción conjunta de un nuevo satélite, el sexto producido por técnicos de ambos países.
El diferencial del nuevo modelo es que tendrá una tecnología que permitirá el monitoreo de biomas como la selva amazónica, incluso en condiciones climáticas adversas.
En cuanto a los eventos diplomáticos, los principales tendrán lugar el día 28 en Pekín, cuando Lula se encuentre con su homólogo chino, Xi Jinping, con el primer ministro, Li Qiang, y con el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji.
El día 29 estará dedicado a un evento de negocios promovido por la Comisión de Alto Nivel Chino-Brasileña y por el Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, con la participación de centenares de empresarios brasileños. También habrá un evento el día 27, promovido por el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales, con cerca de 100 empresarios.
El día 30, Lula viajará a la ciudad de Shanghái, donde visitará la sede del New Development Bank, entidad creada por los BRICS (grupo de países formado por Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica) para promover proyectos de desarrollo principalmente en países de América, Asia y África.
Esta entidad bancaria multinacional será presidida, según informó Lula hace varias semanas, por la expresidenta Dilma Rousseff.
Este año se cumple el 50º aniversario del inicio de las relaciones comerciales entre Brasil y China. La primera venta entre los dos países tuvo lugar en 1973, y al año siguiente se pusieron en marcha oficialmente las relaciones entre los gobiernos de Pekín y Brasilia.
Durante el año pasado el producto brasileño más vendido al mercado chino fue la soja, con 36% del total exportado, seguido por el mineral de hierro con 20% y el petróleo con 18%.
Por otra parte, según informó el portal UOL, uno de los acuerdos que firmarán Lula y Xi la próxima semana será uno destinado a combatir el hambre y la pobreza extrema. La alianza prevé la posibilidad de colaboración con organismos multilaterales para colocar el tema como una prioridad dentro de la agenda internacional. Luego de la firma, los gobiernos de ambos países comenzarán a trabajar para implementar las medidas a implementar. Los ministerios de Desarrollo Social y Desarrollo Agrario serán responsables de la tarea de parte del gobierno brasileño. De acuerdo a la información de UOL consignada por el portal Brasil 247, ya está prevista una primera reunión entre los ministros para las próximas semanas.
Un dato no menor es que China alcanzó antes que ningún otro país del mundo la meta establecida por la Organización de las Naciones Unidas de reducir a la mitad el número de personas que viven en la pobreza extrema. Durante un período de 40 años, en el país asiático millones de personas salieron de la pobreza extrema, definida como aquella que padecen quienes sobreviven con menos de dos dólares diarios.